En todos los países del mundo lo más difícil para los gobiernos es la coordinación que debe darse entre distintas instituciones públicas, como tienen su organización y jerarquía, cuando dos o más de ellas deben funcionar en un mismo sentido y con un solo objetivo inmediato es complejo que el engranaje institucional se mueva al mismo lado. En nuestro país, por granel podemos contar las veces que se ha requerido un funcionamiento uniforme sobre alguna emergencia y los enlaces no se realizan con agilidad. Por ejemplo, en casos de catástrofes naturales la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres (Conred) juega un papel fundamental. Todos los ciudadanos debemos colaborar con la Conred y su órgano superior está integrado por distintos ministerios, autoridades y representaciones sociales. Si es difícil la coordinación de entes públicos y privados frente a un terremoto, una tormenta, una inundación, imaginemos cuán difícil es para otros asuntos.