Economía

A qué podemos aspirar

Todos tenemos claro que un ambiente amigable para los negocios y la inversión es lo que despega la producción de un país. Todo lo contrario cuando existe inseguridad, falta de infraestructura, una población malnutrida y no capacitada, corrupción, trámites engorrosos, costos ilegales en migración, aduanas, en inspecciones laborales o del IGSS, sumado a inestabilidad política, es el caldo perfecto para ahuyentar a los inversionistas.

Lo grave es que no solo a los extranjeros, sino también la inversión nacional.

El hecho que se ha empezado a destapar toda esa carga que ha destruido tanto, es lo mejor que nos ha ocurrido en décadas, y no tenemos que cejar, porque si dejamos pasar esta oportunidad nuestro futuro estará condenado a más pobreza, más desempleo, más criminalidad, menos ingresos para el Gobierno y un país donde ya no se podrá vivir.

Si las inversiones, las exportaciones y la producción se estimula a todo vapor, quitándole todas esas cargas antes mencionadas que hoy suman costos en contra de la competitividad, el sector exportador aglutinado en la Agexport estima que se podría aspirar a generar de aquí al 2020, un millón de nuevos empleos adicionales.

He mencionado muchas veces que Guatemala un país bendecido por la tierra con que cuenta, agua más allá de lo que necesitamos, con guatemaltecos trabajadores y amables, atractivos turísticos que son la envidia de muchos, un sector empresarial que se arriesga y no tiene miedo a lanzarse al mundo, un sector que no salió huyendo del país en los momentos más difíciles como ha ocurrido en otros lados, y una población con un promedio de edad de 21 años.

Si a eso se suman ventajas como el acceso a los dos océanos, la estabilidad macroeconómica , energía abundante y a buen precio, cultura maya viva, todo ello sumado a las tendencias de consumo que nos favorecen como la búsqueda de miles de millones de personas de alimentos saludables como frutas, vegetales, especies, descanso y relajamiento vía el turismo, ahorro de horas de trabajo con el uso de la tecnología, búsqueda de belleza a través de la medicina de rejuvenecimiento, insumos para limpieza, medicamentos, muebles, cosas que ya se exportan desde Guatemala, pero que podrían crecer hasta un 16% cada año.

Solo hagamos números de lo que un millón de empleos adicionales provenientes de la exportación creciendo al 16% significaría: US$12 mil 110 millones de divisas adicionales a las del 2015; US$645 millones al año al PIB; US$4 mil millones en inversión adicional, considerando que cada puesto de trabajo en promedio se crea con US$4 mil.

En salarios adicionales serían Q34 mil 313 millones, lo que podría aportar al fisco Q3 mil 706 millones anuales de IVA por efecto del consumo de esos salarios (calculado sobre el salario mínimo); Q235 millones de aporte al Seguro Social; Q22 millones de aporte a capacitación en el Intecap y Q12 millones a la recreación de los trabajadores.

Recordemos que los crímenes, las extorsiones, la corrupción y la evasión de impuestos continuarán si hay impunidad y no se castiga a los culpables. Si el sistema de justicia se fortalece, tendremos un país que estimulará la certeza jurídica y, con ello, actividades económicas que generen empleo.

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