Lo acompañan William Brownfield, secretario adjunto de Estado; Alan Bersin, secretario adjunto del Departamento de Seguridad Interna; Beth Hogan, administradora adjunta en funciones de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (Usaid, en inglés), y el fiscal general adjunto Kenneth Blanco.
La embajada de EE. UU. en Guatemala informó que “la delegación se enfocará en la estrategia integral de los EE. UU. para apoyar a los tres países en la planificación, coordinación y ejecución de la Alianza para la Prosperidad en el Triángulo Norte”.
Lecturas políticas
“Vienen a medir el ritmo de la crisis, y no olvidemos que hay campaña electoral”, opina el analista en temas de Centroamérica José Dávila.
El politólogo aseguró que a EE. UU. le preocupa la coyuntura, porque no tiene claro cuál será el desenlace de las demandas de renuncia del presidente Otto Pérez Molina renunciará y si el Congreso quedará “agotado históricamente” si no aprueba varias reformas.
El excanciller Gabriel Orellana expresó: “La visita de esta delegación no augura nada bueno para el presidente, en el sentido que viene hasta un fiscal. Es porque el sistema de Guatemala llegó a un límite de suma gravedad”.
Tampoco significa “buenos augurios” para algunos presidenciables, indicó Orellana.
Reunión en Izabal
Mañana, en Puerto Barrios, Izabal, se llevará a cabo la Cuarta Conferencia con Alcaldes, Líderes y Autoridades Comunitarias, en la que participará la delegación de EE. UU. y Pérez Molina.
El canciller guatemalteco, Carlos Raúl Morales, negó que los funcionarios estadounidenses lleguen a Guatemala para efectuar algún tipo de fiscalización o presión, y sostuvo que la cita con el mandatario, el jueves, ya estaba programada desde hace unos meses.
Agregó que junto con el mandatario, la delegación se entrevistará con la sociedad civil.