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Fundación Ammar, amor hasta el final

Cuando ya no hay nada que hacer, aún hay mucho que ofrecer, es el lema de Fundación Ammar, que proporciona un ambiente cálido, con apoyo médico, psicológico y espiritual a niños y jóvenes, así como a sus familias, cuando está próximo el fin de la vida.

Esto es parte de la filosofía de Fundación Ammar, que ofrece a pacientes con diagnóstico terminal un espacio para morir dignamente, rodeados de amor de su familia y de un equipo multidisciplinario de profesionales, sin costo alguno.

“El objetivo de la fundación es albergar a niños con enfermedades crónicas degenerativas con pronóstico de vida menor a cuatro meses. Los pacientes son remitidos del Instituto Nacional de Cancerología (Incan), Hospital San Juan de Dios, Fundación para el Niño Enfermo Renal (Fundanier)”, explica Miriam Aceituno, directora de Ammar.

Paz al final

Al ingresar en el recinto, pareciera que existe una división entre el mundo exterior con la tranquilidad que se percibe en el lugar. Mesas de colores, juguetes y un jardín dan la bienvenida. Ese lugar cuenta con cinco habitaciones equipadas, tanto para la comodidad del paciente como para cuidar de su salud.

“La idea de Ammar es que el padre se dedique a su hijo y que deje a un lado la preocupación por los gastos. Ofrecemos apoyo físico, emocional y espiritual. Hay médico, enfermeras, psicóloga, voluntarios y, en conjunto, se busca que el paciente esté en paz antes de trascender”, añade Aceituno.

El objetivo en el área médica es mantener cómodo y libre de síntomas al paciente, aun cuando no pueda expresarlo. “Aclaro que todo lo que se hace con el paciente no será para preservar la vida, sino para hacerla más confortable y llena de significado”, subraya.

En el ámbito emocional, se ofrece la oportunidad de dialogar sobre la enfermedad, y se cultiva la relación entre el paciente y la familia para poder cerrar los círculos más íntimos.

En el plano espiritual, se cuenta con el apoyo de un pastor o un sacerdote, según el requerimiento del paciente.

El programa está diseñado para personas que necesitan asistencia y no tienen recursos económicos.

La Fundación también provee transporte a la familia y al paciente mientras esté internado.

Luz de esperanza

Luis Alfredo Sutuj tiene 18 años, es originario de San Andrés Osuna, Siquinalá, Escuintla. Hace casi tres años sintió cierta inflamación en la rodilla derecha, que meses más tarde fue diagnosticado como un tumor cancerígeno.

Esa situación provocó que en el 2014 le amputaran la pierna. Sin embargo, el mal regresó a otra parte de su cuerpo e invadió el pulmón.

A pesar de ello, Luis mantiene la esperanza de salir airoso y ganarle al cáncer. Sueña con ser estilista y poner su salón de belleza.

Fundación Ammar lo acogió desde el año pasado y le ayudó a pasar el proceso de la amputación, y luego regresó a su casa. El mes pasado volvió a la entidad, porque presentó problemas graves de salud.

Ammar le ofreció albergue a Luis y a su madre, Mayra Baten.

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