Ramírez comentó este martes que los hombres la sometieron a una serie de preguntas todo el día y finalmente se dieron cuenta que habían secuestrado a la persona equivocada. “Me llevaron de Chiquimula a la capital y por momentos temí por mi vida”, comentó.
Agregó que en la noche de lunes, los hombres le colocaron una capucha en la cabeza, le devolvieron su teléfono celular y la dejaron abandonada en la avenida Reforma, zona 9 capitalina, y allí llamó a sus familiares para que la fueran a recoger.