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Adultos mayores de la Residencia San José de la Montaña disfrutan de la playa

Sonrisas, alegría, diversión y afecto recibió un grupo de personas de la tercera edad, que recientemente viajó al Comando Naval del Sur, en Escuintla.

Abuelos de la Residencia San José de la Montaña disfrutaron de un día en la playa. (Foto Prensa Libre: Cortesía)

Abuelos de la Residencia San José de la Montaña disfrutaron de un día en la playa. (Foto Prensa Libre: Cortesía)

El grupo de ancianos pertenece a la Residencia del Adulto Mayor San José de la Montaña, que por diversas causas fueron recibidos en ese hogar.


La madre Victoria Montoya, directora de la residencia, comentó que la actividad se efectuó gracias al apoyo de voluntarios y una empresa de autobuses, con el fin de llevarles un día alegre a los abuelitos.

“Fue un día alegre, los abuelos disfrutaron de la playa. La experiencia fue bonita y agradezco a los que aportaron para que fuera posible”, dijo Montoya.

Agregó que hubo un grupo de voluntarias y residentes que ayudaron a algunos de los ancianos para que pudieran divertirse, debido a que algunos tienen dificultad para caminar.

Montoya destacó que después de haber vivido esa experiencia, muchos de los abuelos han tenido un semblante distinto.

“Hay una señora que me contó que su esposo solo habla de la playa, de lo que vivió ese día. El viaje les quedó en la mente y para nosotros es algo muy significativo”, indicó.

Calidad de vida

Humberto Bejarano tiene 15 años de vivir en la residencia y señaló que está en un buen lugar y con buena compañía.

“He disfrutado ser feliz, no molesto a nadie ni me molestan. Me siento querido”, expresó don Humberto, como es conocido en la residencia.

La madre Victoria cuenta que Benjamín, otro interno, le dijo un día “a mi esposa le devolvió la vida el hogar”, ya que padecía de Alzheimer (pérdida de la memoria), pero después de varias semanas ya lo reconoció.

“Esa es una historia muy bonita, él me contó que Sarita (esposa) ya no lo reconocía, que olvidó todo, pero al llegar a la residencia todo cambió”, recuerda la religiosa.

Un techo de ayuda

La Residencia del Adulto Mayor San José de la Montaña se encuentra en el Avenida Simeón Cañas, en la zona 2 capitalina.
El 19 de marzo de 1990 se colocó la primera piedra para edificar este hogar y fue gracias a la familia Guirola Leal que donó el terreno.

La Congregación Madres Desamparadas y San José de la Montaña han tenido a cargo el cuidado y apoyo de decenas de personas de la tercera edad, su pionera fue la madre Placida Robleda, quien falleció en el 2015.

Desde sus inicios, Montoya señaló que la residencia brinda atención a cada abuelo con la misericordia de Dios, porque los ayudan a pasar sus mejores días.

La mayoría de residentes son personas no tienen familia o han llegado porque sus parientes trabajan y no tienen quien los cuide, algunos con padecimientos propios de la edad.

Montoya vino hace tres años a Guatemala, ya que es originaria de Colombia, donde también tenía la misión de brindar ayuda a personas de la tercera edad.

“Cuando me dijeron que me venía a Guatemala, no supe que decir; sin embargo, todo ha sido de maravilla, las experiencias vividas son únicas”, detalló.

Actividades

La residencia recibe el apoyo de muchos voluntarios que brindan programas de gimnasia rítmica, entretenimiento, ayuda psicoterapeuta, entre otros.

“Gracias a Dios muchas personas vienen a visitarnos, colegios, estudiantes de universidades que hacen trabajo social o les enseñan manualidades”, dijo la directora, quien agregó que los jueves asisten al Santísimo para orar por el motivo que ellos escojan.

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Las voluntarias les hablan de las razones para seguir luchando, así cada quien puede terminar la vida feliz, a pesar de las dificultades o razones por las que llegaron a la residencia.

Si desea colaborar o ser parte del voluntariado, puede comunicarse al teléfono 22883993, o acercarse a la Avenida Simeón Cañas 6-81, zona 2.

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