Ciudades

Industrializan moldes para hacer alfombras para procesiones 

La elaboración de una alfombra de aserrín, pino o flores en Semana Santa mantiene el significado de fe; sin embargo, con el paso del tiempo algunos instrumentos han evolucionado y se han introducido moldes fabricados en casas o talleres, cuya demanda ha aumentado en los últimos años.

Rolando Ortiz tiene varios años de elaborar moldes para alfombras y esta actividad le ha brindado una fuente de trabajo en Antigua Guatemala. (Foto Prensa Libre: Julio Sicán).

Rolando Ortiz tiene varios años de elaborar moldes para alfombras y esta actividad le ha brindado una fuente de trabajo en Antigua Guatemala. (Foto Prensa Libre: Julio Sicán).

Hugo Archila, secretario de Relaciones Públicas de la Hermandad de la Recolección, en la capital, señala que las alfombras representan una ofrenda de los devotos   a Dios, y en estas plasman peticiones, proyectos y gratitud.

Evolución Positiva

Respecto de la industrialización de los moldes para decorar las alfombras, Archila explica que  es  positivo  porque son fáciles de usar y no todas las personas pueden  hacer un dibujo a mano alzada o no tienen tiempo de elaborar los moldes.

“Viene a ser una herramienta que ayuda a quienes  les gusta el arte efímero de las alfombras”, manifiesta.

Archila agrega que la elaboración de alfombras también genera  empleo, ya que en los últimos 10 años se ha elevado la
demanda de moldes.

Wálter Gutiérrez, historiador de la Hermandad de Jesús de las Tres Potencias, de la Parroquia, zona 6, refiere que la elaboración de alfombras es una tradición  en muchas culturas y su significado es aislar el objeto sagrado del mundo cotidiano.

Añade que los moldes fabricados se han introducido gracias a la complejidad de los diseños.

Fuentes de trabajo

En la actualidad, destaca la geometría de los bocetos y que los moldes dinamizan procesos económicos, ya que brindan  oportunidades de empleo, afirma Gutiérrez.

“Hay mucha gente que los compra porque les ahorran trabajo. Todas las muestras culturales se adecúan a los tiempos”, destaca.

Oligaria Archila, de 70 años, quien se dedica a vender flores y moldes en el mercado Colón,   zona 1 capitalina, cuenta que desde hace 20 años se dedica al comercio de esos productos y que  se ha incrementado la demanda. Añade que los hay según el gusto del cliente.

Ella también considera que la industrialización de  moldes genera fuentes de trabajo, ya que su hijo, Vicente Camey, tiene cuatro trabajadores en San Juan Sacatepéquez y comienzan la labor con un año de anticipación. 

Devoción

“Yo empecé por el amor que le tengo a la Semana Santa, porque soy devoto cargador. Si uno lo ve como un negocio, el dibujo no sale”, expresa Camey.

Diego Garrido, integrante de la Hermandad del Señor Sepultado de Santo Domingo, cuenta que para esta Semana Santa participará en la elaboración de tres alfombras y cree que el uso de moldes ha contribuido a ello, sin que se pierda la tradición.

Para Garrido, el uso de moldes da realce a la alfombra, pero   se deben encargar con unos tres meses de anticipación, ya que deben ir en concordancia con la alegoría del anda.

Agrega que esta tradición también une a familias y vecinos, porque promueve la convivencia.

Antigua Guatemala

En una habitación pequeña de una de las casas de la 3a. calle poniente, en Antigua Guatemala,  Rolando Ortiz se apresura a cortar los nuevos diseños en pliegos de cartón chip, calibre 100, para los más de 300 clientes que lo buscan desde varios lugares del país, así como de México y Nicaragua.

Ortiz fabrica moldes de distintos tamaños desde hace más de 50 años. “Con mis tíos aprendí este oficio. Tenía 11 años y fue en el barrio El Chajón donde hacíamos las alfombras. Después se convirtió en mi tercera fuente de ingresos, que me ocupa 10 meses previo a la Cuaresma”, comenta, mientras corta  los diseños.

El molde utilizado para el  centro de la alfombra   tiene un valor de Q60, y los que se usan para decorar la orilla, Q35, Q25 y Q15, aunque el precio puede variar.

En tanto, los hermanos José Amílcar y Jaime Rodríguez se iniciaron en la fabricación de moldes hace 30 años, y por la demanda montaron un pequeño negocio al que llamaron Moldes Antigua,  ubicado en la Calle Ancha de Los Herreros, donde también venden productos propios de la temporada, entre estos túnicas e incensarios, aunque en su negocio destacan los moldes.

Los precios  van desde los Q20 hasta los Q55, y desde noviembre comienzan a tallar unos mil pliegos de cartón con diferentes diseños, para lo cual utilizan   mazo y formones, entre otras herramientas, para satisfacer a su clientela. Los hermanos manifiestan que esta actividad les genera ingresos económicos.

Jóvenes que participan en la elaboración de alfombras en Quetzaltenango confirman que la mayoría  de  moldes que utilizan provienen de Antigua Guatemala, ya que muchas veces es difícil encontrarlos en su ciudad.

Corozo con olor a fe

En la temporada de Cuaresma existen otros detalles que resaltan, como el  aumento en la demanda de palma de corozo, que es utilizada por fieles católicos  para aromatizar y mejorar el ornato de altares, andas procesionales y templos.

Miguel Cruz, de la Hermandad del Sepultado de Santo Domingo, en la capital,  comenta que tiene 35 años de elaborar alfombras y que el corozo les da un toque especial.

Añade que el precio del corozo oscila entre Q35 y Q150, según el tamaño de la vaina. Este  se puede combinar con frutas, flores y pino.

Datos relevantes

  • Entre Q15 y Q180 oscila el precio de algunos moldes.
  • Según el   gusto del cliente y el diseño, un molde puede costar hasta Q600.
  • El costo   de una alfombra de 10 metros de longitud puede oscilar entre los Q500 y Q1 mil, dependiendo si es de aserrín o pino con flores.
  • De acuerdo   con la complejidad del diseño, la elaboración de un molde puede durar siete horas.
  • Los artesanos utilizan cartón chip o plywood.
  • En ocasiones usan duroport.

Contribución histórica

Las coloridas alfombras antigüeñas son una fusión del arte efímero proveniente de las Islas Canarias, España, a la ciudad de Santiago de los Caballeros, hoy  Antigua Guatemala, y que eran elaboradas para la festividad del Corpus Christi. Estas fueron trasladadas en el siglo XIX para la Cuaresma y Semana Santa, según el cronista de la ciudad colonial Enrique Berdúo.

El experto  explica que   este arte representa un costo económico para las familias, pero el fervor religioso supera cualquier obstáculo, porque tienen como fin el cumplimiento de un voto o promesa de fe.
Según el cronista, esta tradición une a familias y a   vecinos del barrio o la cuadra.

“En  Antigua destacan las familias Montiel, Rodenas y Armas, en el barrio El Chajón, y la Calle Ancha, guardianes celosos de esa tradición multicolor de aserrín o de otros productos naturales como  frutas o verduras”, expresó Berdúo.
Resaltó que las personas que elaboran alfombras se acercan a los talleres antigüeños para adquirir moldes y añilina.
También  solicitan algunas técnicas para aplicarlas y renovar su arte. Luego toman   fotografías que  guardarán para la posteridad.

ESCRITO POR:

Óscar García

Periodista de Prensa Libre especializado en periodismo comunitario e historias humanas con 12 años de experiencia.