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Procesión de la Reseña del templo La Merced engalana calles de Antigua Guatemala

El cortejo procesional de la Reseña de La Merced, recorrió calles y avenidas de la ciudad colonial llevando consigo a la Consagrada Imagen de  Jesús Nazareno de la Merced.

Miles de personas observan la salida del cortejo procesional de Jesús de la Merced en su recorrido de la Reseña. (Foto Prensa Libre: Renato Melgar)

Miles de personas observan la salida del cortejo procesional de Jesús de la Merced en su recorrido de la Reseña. (Foto Prensa Libre: Renato Melgar)

Manuel Estrada, presidente de las consagradas imágenes de Jesús Nazareno y Virgen de Dolores, dio a conocer que 6 mil 160 cucuruchos llevarán en hombros a la imagen del Nazareno divididos en 77 turnos de 80 cargadores cada uno, mientras que las mujeres son 48 turnos de 40 brazos.

“He aquí el cordero de Dios, que quita el pecado del mundo”,  es el mensaje del cortejo procesional, el que fue tomado del Evangelio de San Juan 1,29, el proyecto fue del maestro Enrique Alberto Mazariegos y la realización del maestro Isaac Juárez.

En la primera parte de la procesión se representa el Antigua Testamento, con la serpiente y el árbol  con el fruto de la Sabiduría que Dios prohibió comer a Adán y Eva. En segundo plano el sacrificio que practicaba el pueblo de Israel para obtener el perdón de Dios, mostrando un altar de piedra donde yace un cordero que será ofrecido en holocausto.

cucuruchos llevarán en hombros a la imagen del Nazareno divididos en 77 turnos de 80 cargadores cada uno.


Al centro de las andas, sobre un pedestal decorado, destaca imponente, la Consagrada Imagen de Jesús Nazareno, el Cordero de Dios, cuyo sacrificio quitó el pecado del mundo.

En la esquina se aprecian cuatro relieves, al frente Isaías y Jeremías, detrás aparece San Pedro y San Pablo, con las citas bíblicas de sus epístolas incluidas en el nuevo testamento.

Seguidamente la escultura de San Juan Bautista, arrodillado sobre un cuerpo de agua, alusión del Rio Jordán.

En la parte final el cordero pascual, sacrificado para la salvación del mundo, y victorioso del pecado por medio de la resurrección. En los laterales se aprecia la efigie y nombre de San Sergio I, quien durante su pontificado a finales del siglo VII, incluyo el canto del Agnus Dei.

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