San Marcos

El pan de Semana Santa, tradición que se mantiene viva en la provincia

En el corredor del centro comercial de San Pedro Sacatepéquez, Margarita Fuentes se esmera en ofrecer distintas clases de pan a sus clientes que ya la conocen y llegan al lugar. Serán más a partir del Jueves Santo. 

Miriam Mérida muestra el pan que elabora y comercializa para Semana Santa. (Foto Prensa Libre: Whitmer Barrera)

Miriam Mérida muestra el pan que elabora y comercializa para Semana Santa. (Foto Prensa Libre: Whitmer Barrera)

El pan que posee un sabor peculiar, se ha convertido en tradición de las familias marquenses que año con año lo degustan compran, en caso no les haya quedado tiempo para hacerlo.  Los precios van desde Q5 hasta Q25, depende del tamaño.

Desde las 6 de la mañana, Margarita se instala con los canastos de shecas, roscas, pirujos y pan dormido. “Aquí le ofrecemos pan de toda clase, pero lo más vendidas son las shecas y el pan dormido. Vienen a comprar de los municipios de la zona costera y del altiplano, los precios son favorables y no han sufrido incremento”, afirma.

“Nosotros compramos pan dormido, shecas y de jalea, toda la familia prefiere el pan que se vende en San Pedro Sacatepéquez, ya que es muy rico y es toda una tradición”, indicó Ovidio Bautista, sampedrano que viajó de la capital para esta Semana Santa.

“Afortunadamente tenemos a los sampedranos que no descansan en Semana Santa, pues nosotros tuvimos que esperar que nuestros familiares depositaran la remesa porque están en Estados Unidos para comprar nuestro pan, y como ya no alcanzamos que lo hicieran a nuestro gusto, vinimos a San Pedro Sacatepéquez a comprar”.

Georgina Cardona de aldea Guativil, San Cristóbal Cucho, aseguró que hizo el viaje de 35 kilómetros en camino de terracería para comprar su pan.

“Afortunadamente tenemos a los sampedranos que no descansan en Semana Santa, pues nosotros tuvimos que  esperar que nuestros familiares depositaran la remesa (en Estados Unidos) para comprar nuestro pan, y como ya no alcanzamos que lo hicieran a nuestro gusto, vinimos a San Pedro Sacatepéquez a comprar”, contó.

Tradición de seis décadas

No solo en San Pedro Sacatepéquez se ofrece pan, en la cabecera departamental, San Marcos, clientes encargan el suyo a la familia Mérida, quienes durante los últimos 60 años se han dedicado a la elaboración y venta de pan negro, salporitas, francés blanco y pan dormido.

“Para esta Semana Santa tenemos encargo de 300 familias que prefieren el pan negro de Q10, Q15 y Q25; el pan dormido de Q5 y Q10, mientras que las salporitas tienen un costo de Q1”, indicó Miriam Mérida, panificadora.

“Este pan lo preferimos porque es ‘cazueleja’, es elaborado con yema amarilla y por eso vamos a comprar Q400 por todo, pero lo que más nos gusta es el pan negro y las salporitas”, afirmó Rigoberto Ramos, un vecino de San Marcos.

La tradición comenzó con la abuela y siguió con la mamá, ambas ya fallecieron, por lo cual fueron relevadas por doña Miriam y sus nueras, quienes desde tempranas horas amasan y llenan las latas recicladas de sardina que sirven como moldes para los panes negros.

“La elaboración de pan es solo para época de Semana Santa, pero implica toda nuestra atención ya que es demasiada la demanda. Nosotras iniciamos a las 4 de la mañana y finalizamos hasta en horas de la noche, porque lo que más cuesta es esperar a que se horneen”, afirmo Eluvia de León, una de las nueras.

“En otros lados solo encontramos el tradicional pan, pero aquí ellas nos ofrecen pan negro que es muy rico y no es fácil de encontrarlo en las panaderías, a menos que sea como encargo. Además los precios y lo cercano que lo tenemos nos beneficia”, afirmo Isaac Barrios un vecino de la zona 4 de San Marcos.

También en Quiché

Rafael Gonzales es un panadero del municipio de Chiché en Quiché, viene de una generación  de panaderos entre los que destaca su tío y su abuelo.

es el costo de una arroba de pan en San Marcos

Desde hace una década comenzó su propio negocio y preara el pan con sus hijos un yerno y otros trabajadores. Hacer el pan le recuerda  que desde niño veía a sus padres hacer lo mismo.

El pan de Semana Santa se diferencia del pan normal porque es más grande, incluidas las cazuelejas que son de una forma rectangular.

Rafael hace el pan para esta época por 10 días todavía lo elabora en un horno artesanal, con levadura natural y por eso es conocido como pan de yema de huevo, cree que sus clientes lo buscan por ese motivo, cobra entre Q500.00 y Q600.00 la arroba de pan la cual cuenta con un aproximado de 100 panes entre cazueleja y pan de corona como se le conoce.

Los vecinos piden entre una arroba hasta tres arrobas dependiendo del  número de las familias y de las posibilidades económicas.

Trabaja de 3 de la mañana a 10 de la noche, este año considera elaborar más de 20 arrobas de pan, entre sus clientes están vecinos de Chiché, de otros municipios cercanos y varios clientes  que envían el pan a sus familiares en Estados Unidos ya que el municipio de Chiché está dentro de los municipios con más migrantes en aquel país.

Una de las tradiciones más conocidas en Quiché es el intercambio de pan, en algunos casos simplemente se envía en un canasto a familiares y amigos.

ESCRITO POR:

Héctor Cordero

Corresponsal de Prensa Libre y de Guatevisión con 16 años de experiencia. Reconocido por varias organizaciones civiles y de prensa. Premiado por el Instituto de las Americas en San Diego, Estados Unidos.