Según Dagoberto Salazar, esposo de la propietaria del negocio de expendio de licor, las víctimas bebían licor cuando sujetos desconocidos llegaron y les dispararon, luego huyeron.
“Fue Filadelfo Barrientos, quien me informó de lo que había ocurrido, él es el encargado de atender el negocio. Cuando llegué me di cuenta de los dos cuerpos que estaban sobre la arena y las mesas destruidas”, expuso Salazar.
Añadió que Revolorio Chinchilla era su pariente e indicó desconocer “qué tipo de amistad tenía con la persona que estaba esta noche”.
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“Duele porque nosotros somos agricultores y no nos metemos con nadie”, lamentó Salazar.
Vecinos de aldea manifestaron su preocupación ante estos hechos que se han registrado, y consideran que el auge de la violencia se debe a la escasa vigilancia que hay en el lugar ya que la única estación de Policía que existe en la zona está a una media hora de la comunidad.
Nery Campos, pescador, señaló que la aldea se encuentra “abandonada” por las autoridades, tanto municipales como gubernamentales.
“No contamos con una subestación de la Policía Nacional Civil, tenemos que estar llamando a los agentes que están instalados en la comunidad La Vega, pero cuesta que vengan porque a veces tienen buena la unidad y a veces no. Aquí estamos solos, desamparados, pueden venir a matar a todos que nadie nos podría ayudar”, expuso Campos.
Fiscales del Ministerio Público que llegaron en horas de la madrugada al lugar, no encontraron mayor evidencia en la escena del crimen, posiblemente porque la arena del lugar las borró.
Las autoridades sospechan que los victimarios colocaron de rodillas a los hombres antes de dispararles. Los cuerpos fueron trasladados a la morgue de la ciudad.