Revista D

Rafael Carrera contra los filibusteros

William Walker — quien había ejercido como abogado, médico y periodista— y sus filibusteros atracaron el 16 de junio de 1855 en el puerto nicaragüense de El Realejo. Estaba decidido a hacerse del poder, lo cual logró tras ganar unas elecciones fraudulentas.

Ante la compleja situación, los ejércitos centroamericanos se unieron para enfrentar a Walker. Las tropas nacionales salieron hacia aquel país el 5 de mayo de 1856.

Al mando, el general Mariano Paredes, —presidente de Guatemala de 1849 a 1851— quien permitió el regreso de Carrera, a quien entregó la presidencia en 1851.

Lorenzo Montúfar, poco afecto al régimen de Carrera, comentó irónicamente que “con la campaña de Nicaragua se le había presentado a éste una buena excusa para colocar a Paredes lo más lejos de su vista”, según la Historia General de Guatemala.

En 1848, Carrera dirigió las acciones militares que buscaban la unificación de Los Altos. En ese año ejercieron la presidencia Juan Antonio Martínez y José Bernardo Escobar, este último renunció el 29 de diciembre de 1848. Dos días después asumió Paredes.

Tras su triunfo en la batalla de La Arada, Carrera fue llamado otra vez a la presidencia, conforme al Diccionario Histórico Biográfico de Guatemala.

Las tropas pelearon con valentía y expulsaron a Walker y sus seguidores. Volvieron triunfantes a Guatemala, el 1 de julio de 1857.

Honores

Las tropas pelearon con valentía y expulsaron a Walker y sus seguidores. Volvieron triunfantes a Guatemala, el 1 de julio de 1857.

La población los recibió con una solemne recepción. Al lado derecho de Carrera caminó orgulloso José Víctor Zavala, designado como segundo al mando, quien se ufanaba de que Walker le había regalado el día de su rendición un ejemplar de La Eneida, con una dedicatoria de su puño y letra.

Paredes no gozó de las mieles del triunfo de las tropas que había dirigido, pues sucumbió en la guerra, víctima de la epidemia del cólera. Murió el 2 de diciembre de 1856.

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