Para muchos, un recorrido de este tipo puede ser de locos. “Tengo una fuerza que viene del corazón, de realizar un sueño, de sonreír. Desde adolescente he tenido la inquietud de recorrer Latinoamérica contando historias y conocer el fin del mundo, llamado así a la Patagonia”, dice el trotamundos.

Además de cumplir con ese anhelo, la travesía tiene un proposito fundamental: fomentar la narración oral en estas regiones. “Llevo un set listo de 40 historias para niños y adultos, y otro de leyendas de Guatemala. Son fábulas universales, historias de tradición oral de Latinoamérica e historias creadas por mí. También he colaborado con proyectos de ciclismo urbano en distintas distintas ciudades”, cuenta el viajero.

Lento pero seguro
“¡Uff! Voy a la velocidad de una abeja, de un ronrón, de una libélula, de una mariposa, de una esperanza. Pero ir a esa velocidad me ha permitido ver detenidamente volcanes, lagos, mares”, comparte el artista.

El pedealeo de Alexis inició ha tenido el apoyo de familiares y amigos. “Económicamente voy sin patrocinios. Todo ha salido de mi trabajo de contar cuentos. En el camino, tres almas bondadosas y hermosas, dos de Cuba y una de Guatemala, me donaron dinero para ayudarme con la comida”, dice.

Su ruta recuerda mucho a Forrest Gump cuando corrió por diferentes puntos de Estados Unidos. En ese ir y venir, de aprender y enseñar, también ha hecho de la meditación, los cuentos, las sonrisas y el amor, sus mejores aliados. También vale la pena mencionar a su compañera: su bicicleta Nahual, un trasporte que Alexis concibe como un “espíritu libre”.
“Nahual es una guerrera. Es sólida y cómoda. Le hice unos cambios en llantas y ejes que fueron acertados, porque por el mal estado de la carretera hizo que alguna pieza no soportara el trajín”, dice.

Anecdotario
¿Y qué ha dejado a este intrépido ir sobre dos ruedas por tantos kilómetros? “Ahora soy un buscador que va en bicicleta contando historias, pedaleando para narrarle al mundo que todo puede ser mejor”, asegura.
Alexis tiene pensado esparcir sus anécdotas a donde quiera que vaya. De hecho, entre sus próximos sueños está plantearse otro itinerario. “Por el momento sé que al regresar a Guatemala quiero subir al Norte hasta llegar a Ottawa —Canadá— y después de eso ir a bicicletear a Europa. ¿Y después? ¿África? ¿Asia? ¿Oceanía? Ya veremos…”, dice.

Las próximas fronteras del viajero son Ecuador y Perú, que espera alcanzar en los meses próximos. “Decir una fecha exacta para estar en la Patagonia, no logró tenerla, hermano. Todo se define con el objetivo de mi travesía: viaje al centro de la palabra”, comenta Alexis.

¿Y el regreso? “¡En bicicleta!”, responde.