Escenario

Literatos guatemaltecos hallaron refugio e inspiración en Cuba y viceversa

Guatemala ha tenido una fuerte relación y amistad con Cuba, que ha sido fuente de inspiración para escritores y artistas de ambos países, formando un vínculo especial en el ámbito de la literatura y la cultura.

La Niña de Guatemala

“Quiero, a la sombra de un ala, contar este cuento en flor: La niña de Guatemala, la que se murió de amor”, es un poema inmortal creado por José Martí (1853-1895), escritor cubano que residió en el país por un tiempo relativamente corto (del 26 de marzo de 1877 al 27 de julio de 1878), durante el cual conoció a María García Granados, hija del general Miguel García Granados, a quien tal poema estaría dedicado. Fue profesor en el Instituto para Varones, gracias a la oportunidad que le dio el director, José María Izaguirre, un cubano en el exilio. Martí murió en batalla, en Cuba, en 1895.

Imagen de José Joaquín Palma

El autor incógnito

José Joaquín Palma era un poeta y político cubano que salió al exilio por sus ideales de Independencia. Pasó por varios países hasta que llegó a Guatemala en 1873, donde tuvo el cargo de director de la Biblioteca Nacional de Guatemala. También fue catedrático de literatura en la Facultad de Derecho. Escribió en el diario Correo de la Tarde. En 1896, el presidente José María Reina Barrios convocó a un concurso para elegir letra para el Himno Nacional. Triunfó un texto anónimo y la identidad de su autor, Palma, no se conocería sino hasta 1911, poco antes de su muerte.

Imagen de Marco Antonio Flores

Cuba novelada

El escritor Marco Antonio Flores nació en Guatemala en 1939. Fue un novelista, poeta y dramaturgo con amplia trayectoria en Guatemala, y buena parte de su vida se ligó a Cuba, donde gestó su novela Los Compañeros. El escrito habla de la revolución guatemalteca y su romance durante su estadía en Cuba.El novelista crea una trama basada en sus vivencias dentro de la guerrilla guatemalteca en el trasfondo cubano. Es un escrito intenso, romántico y fuerte que revela, a manera de ficción, las vivencias y desilusiones de la vida en la izquierda guatemalteca. Fue escrita en la década de 1970 y ganó el premio Barral de novela en Barcelona, 1972.

Imagen de Manuel Galich

Talento guatemalteco

Manuel Galich representa todo el talento del teatro guatemalteco en La Habana, Cuba. Nació en la ciudad de Guatemala, en 1913. Tuvo una fuerte relación con la revolución de octubre de 1944. Para la contrarevolución ocurrida en 1954 se encontraba en una misión diplomática en Argentina y decidió exhiliarse en Cuba, país en el que permaneció hasta su muerte, ocurrida en 1984. En el país caribeño fue nombrado como director de la Casa de las Américas y desempeñó cargos como profesor de historia de América Latina en la Universidad de la Habana. En la Casa de las Américas, Galich fundó el Departamento de Teatro Latinoamericano.

Premio Literario

Ellos son los ganadores del Premio Casa de las Américas:

Imagen de José María López Valdizón

José María López Valdizón nació el 14 de junio de 1929 en Rabinal, Baja Verapaz. En 1961 ganó el premio Casa de las Américas, en Cuba, por su libro de cuentos La vida rota. Se graduó de maestro en escuela 1947 y participó en las filas de la revolución de 1944. Fue uno de los fundadores del grupo literario Saker Ti. Tras el triunfo de Castillo Armas y el derrocamiento de Jacobo Árbenz Guzmán, en Guatemala, en 1954, López viajó a Argentina, México y Cuba. Los cuentos de Valdizón se caracterizan por ser textos breves, los cuales tocan temas rurales sobre personajes campesinos, mayas o ladinos que son labriegos. Generalmente abarcan temas fuertes y dramáticos sobre la vida o la muerte. Entre sus obras destacan Sangre de maíz (1966), La carta, cuentos y relatos (1958), La vida rota (1961) y Sudor y protesta, cuentos (1953). Fue secuestrado y asesinado en 1975.

Imagen de Arturo Arias

Entre los otros ganadores guatemaltecos del premio figuran Arturo Arias, con el libro Ideologías, literatura y sociedad durante la revolución guatemalteca 1944-1954, en 1979; y con la novela Itzam-Na, en 1989.

En 1990 ganó Lionel Méndez Dávila con Historias de nahuales y despojos. Relatos quichés para niños de una época infame.

La investigadora Guisela López tuvo una mención en el Premio de estudios sobre la mujer con Escritoras latinoamericanas: aportes al discurso de la transgresión.

ESCRITO POR: