Escenario

Miscelánea

Cada vez más, en los medios de comunicación tanto hablados como escritos, leo cada atrocidad que da vergüenza ajena.

María del Rosario Molina, escritora. (Foto Prensa Libre: Cortesía María del Rosario Molina)

María del Rosario Molina, escritora. (Foto Prensa Libre: Cortesía María del Rosario Molina)

Enumero a continuación algunos de los errores más frecuentes que cometen reporteros, columnistas y comentaristas: “Le digo a mis lectores que el problema de los niños migrantes es grave”. “Le” es un pronombre de dativo (objeto indirecto, o complemento indirecto) de la 3a. persona y debe concordar con el objeto indirecto en número. Si el lector fuera solo uno sería adecuada la concordancia en singular “le digo a mi lector…”, pero como sucede que son varios debe concordar en plural: “Les digo a mis lectores…”; “le doy galletas a mi perro; les doy galletas a mis perros; le doy concentrado a mi gato; les doy concentrado a mis gatos; le doy regalos a mi nieta; les doy regalos a mis nietos; Juanita le dio una moneda al chiquillo; Juanita les dio una moneda a los chiquillos”.

“Han habido una serie de tormentas”; “Hubieron varios enfrentamientos en Ucrania”; “Habemos cinco estudiantes en clase”… Todos esos atentado contra el verbo haber los cometen incluso en los subtítulos de las películas. Repito: El verbo haber funciona como auxiliar en los tiempos compuestos y en esos casos se conjuga en las tres personas en singular o plural: “Han caído lluvias torrenciales; ha caído una lluvia torrencial; cuando hubieron llegado a un acuerdo los partidos cesaron las hostilidades; cuando ese país hubo llegado a un acuerdo con los contrarios, cesó las hostilidades”. Sin embargo, el verbo haber tiene otra función de gran importancia: Se conjuga como verbo propiamente dicho, no como auxiliar, y entonces es impersonal. Eso significa que carece de sujeto: Cuando decimos: “Hubo tormentas; habrá tormentas; hay cinco estudiantes en clase”, la oración tiene un verbo y un objeto directo: tormentas y cinco estudiantes. Lo mismo sucede cuando el verbo es auxiliar de sí mismo y debe decirse: “Ha habido tormentas: había habido tormentas; hubiera, o hubiese, habido tormentas; habría habido tormentas”.

“Los diputados deben de tomar nota de que esa ley contiene irregularidades; los niños deben de presentarse con puntualidad en el aula; el gobierno debería de frenar la explosión demográfica”. No, señores, todas esas oraciones indican posibilidad, no obligación, por eso lo apropiado es: “Los diputados deben tomar nota… los niños deben presentarse… el gobierno debería frenar…”. “Deber de” indica suposición, probabilidad. “Deben de ser las cuatro de la tarde: deberían de haber venido ya”, aunque algunas personas omiten ese “de” y la probabilidad no cambia. “Deben ser las cuatro: deberían haber venido ya”. Pero lo que sí cambia todo el sentido de la oración es escribir “deben de” cuando se trata de una obligación. Se me ha quedado en el tintero una legión de horrores. Titivillus, el buen diablillo medieval, está ansioso de que los mencione.

selene1955@yahoo.com

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