Vida

Museo de Historia

Un insólito ladrón se llevó el retrato de Estrada Cabrera

El edificio que alberga este museo fue erigido a finales del siglo XIX por el arquitecto español José de Bustamante.

Se inauguró como Registro de la Propiedad Inmueble, el 16 de septiembre de 1896, durante el mandato del presidente José María Reina Barrios. Este es, por lo tanto, contemporáneo de los monumentos a Cristóbal Colón, Fray Bartolomé de las Casas, Justo Rufino Barrios, Miguel García Granados y construcciones como la Escuela Politécnica de la avenida La Reforma, el Puente de la Penitenciaría y el conjunto que alberga al Ministerio de Educación.

Dicha construcción quedó dañada en los terremotos de diciembre de 1917 y enero de 1918. Fue reconstruida y remodelada parcialmente, durante el gobierno de Jorge Ubico.

Es, desde 1996, según el acuerdo gubernativo 495-96, Monumento Nacional. Esta joya arquitectónica guarda principalmente en su interior parte significativa de la historia guatemalteca del siglo XIX y XX. También posee algunos ejemplos de imaginería colonial y del período independiente, una biblioteca con obras que datan del siglo XVI hasta el presente e innumerables documentos de gran valor histórico a los que hay que sumarle partituras musicales.

El Museo Nacional de Historia es dirigido por el Cronista de Guatemala, Miguel Alvarez Arévalo. Con la colaboración del Instituto de Antropología e Historia y manejando inteligentemente los pocos recursos de los que se nutren espacios culturales de este tipo, el recorrido ha alcanzado ya 10 salas de exhibición que muestran al público una colección por demás eclíctica.

Entre las múltiples piezas curiosas se pueden listar los fragmentos de los evangelistas de piedra que hasta 1917 adornaron el atrio de la Catedral Metropolitana, el Escudo Nacional diseñado por el artista suizo Juan Bautista Frener, la lápida de este último esculpida por el tallador y grabador Mateo Ayala, uno de los vestidos de la prócer independentista Dolores de Molina, tallas directas sobre mármol representando bustos de presidentes ya olvidados, retratos de distintas épocas, mueblería, porcelana, cristalería y un sin fin de objetos de origen europeo que pertenecieron a distintos mandatarios y que denotan que el trabajo de selección, protección y proyección de la institución ha sido complicado.

El Museo fue objeto recientemente de un robo. El insólito ladrón se llevó un retrato del dictador de los 22 años, Manuel Estrada Cabrera, el cual fue pintado por el poco conocido en la actualidad, Ernesto Bravo. De este artista hay varias pinturas en la colección, incluyendo otra del presidente Estrada Cabrera. Ernesto Bravo abrió a principios de siglo XX un estudio de pintura en donde trabajaron artífices como Agustín Iriarte.

Para aclarar algunas confusiones hay que mencionar que uno de los retratos más importantes que se mandó a hacer el dictador citado fue el ejecutado por Rafael Rodríguez Padilla y Enrique Acuña Orantes. Esta pieza aparentemente no está bajo la custodia de este museo por lo que sólo se conoce de ella la referencia.

Para mayor información de los servicios, el e-mail del museo es: museonh@starnet.net.gt.

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