A partir de ahora, quienes escriban “guion” con tilde cometerán falta de ortografía. También desaparece la tilde en la conjunción disyuntiva “o” entre números, es decir, se escribirá”20 o 30 niños”. Algunas de las innovaciones que contiene esta publicación causaron polémica, entre estas la decisión de unificar los nombres de las letras del alfabeto y querer llamar “ye” a la “i griega”; “be” a la “be grande”, y “uve” a la “ve corta o pequeña”. En la redacción final de la Ortografía, esta propuesta ha quedado en recomendación, lo cual no implica interferir en la libertad que tiene cada hablante o cada país de seguir aplicando a las letras los términos que han empleado.
La “ch” y la “ll” se consideran dígrafos y desaparecen oficialmente como letras del alfabeto, categoría que tenían desde el siglo XIX.
También causó polémica el hecho suprimir la tilde del adverbio “solo” y de los pronombres demostrativos. Los académicos creen aún que no es necesario hacerlo, pero no lo dicen de manera tajante, sino con un “a partir de ahora se podrá prescindir de la tilde en estas formas incluso en casos de doble interpretación”, porque “las posibles ambigüedades son resueltas casi siempre por el propio contexto comunicativo”.