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La leyenda urbana del fichaje del hondureño Milton Nuñez y otras historias rocambolescas de traspasos del fútbol inglés

El dinero abunda en la Liga Premier, el torneo de fútbol más rico del planeta y que está batiendo todos los récords de transferencias en el mercado de fichajes que se cierra este miércoles en el fútbol europeo.

Si el francés Paul Pogba se convirtió en la contratación más cara de la historia al fichar por el Manchester United por unas £89 millones (US$117 millones), los clubes de la máxima división del fútbol inglés superaron por primera vez la barrera de las £1.000 millones en fichajes (más de US$1.300 millones).

Pero no siempre una gran desembolso de dinero significa una gran inversión y cuando apremia la desesperación por encontrar refuerzos se producen historias inverosímiles que en algunas ocasiones se convierten en moralejas y fábulas de los propios aficionados.

Una de ellas fue la que protagonizó el hondureño Milton Núñez, cuando llegó al Sunderland en el último día del mercado de transferencias de 2000.

Núñez jugó un sólo partido oficial para los Black Cats durante su estadía en el noreste de Inglaterra, pero fue lo misterioso de su fichaje lo que lo convirtió en una figura de culto en las gradas del Estadio de la Luz hasta hoy.
Tres teorías

Las teorías y versiones sobre cómo pudo llegar a Sunderland el jugador centroamericano son varias, pero hay tres que prevalecen.

Una es que el entrenador Peter Reid pagó los US$2 millones al Nacional de Uruguay, dueño por entonces de su ficha, tras verlo jugar en unos videos de VHS de mala calidad.

Otra es que los observadores del club que fueron a ver uno de sus partidos para el PAOK griego, club en el que militaba a préstamo, se fueron de fiesta y lo terminaron fichando bajo la influencia del alcohol.

La tercera es que se equivocaron de jugador, ya que el futbolista que en verdad querían era el delantero colombiano Adolfo Valencia, con quien Núñez compartía la delantera del conjunto griego.

El propio futbolista centroamericano restó importancia a todas estas teorías conspiratorias y en una entrevista publicada este año en el diario The Northern Eco aseguró que no había dudas sobre su fichaje.

“Yo fui el jugador que Sunderland quería comprar”, insistió Nuñez. “Para empezar, Adolfo medía como 1,83 metros y yo, bueno, soy mucho más bajo. Él también era un jugador con un estilo completamente diferente al mío”.

Su única aparición en la Liga Premier fue cuando entró en la segunda parte en la victoria sobre el Wimbledon 2-1, siendo el primer hondureño en jugar en la máxima división del fútbol inglés.

Y no fue sólo eso, ya que con su llegada Núñez pasó a ser el único jugador negro en la plantilla del Sunderland, que por entonces era el único club inglés que no contaba con jugadores negros o mestizos en su primer equipo.

El periplo de Núñez en Inglaterra acabó en junio de 2001, cuando tras 447 días de un acuerdo de cuatro años, el club inglés dio por finalizado su contrato y lo dejó en libertad.

Como el caso del jugador que también pasó por los clubes mexicanos Pachuca y Necaxa y varios equipos en Guatemala hay muchos otros, algunos incluso con un final feliz.

Estos son cuatro que escogimos en BBC Mundo.

Emmanuel Petit

El mediocampista francés estuvo a un paso de firmar por el Tottenham inglés en 1997, pero hubo un hecho que cambió para siempre su destino en el norte de Londres.

Todo estaba acordado entre el club y jugador cuando Petit salió de una reunión con el entonces presidente del club, Alan Sugar, y el entrenador, Gerry Francis, se montó en un taxi y salió a encontrarse con Arsene Wenger, técnico del acérrimo rival de los Spurs, Arsenal.

Wenger convenció a Petit, quien terminó fichando por el Arsenal gracias a un taxi que tuvo que pagar el Tottenham.

La movida no le salió nada mal al futbolista francés que un año después terminó ganando la Premier, la Copa FA con el Arsenal y el mundial con su selección.

Alberto Tarantini

El campeón del mundo con Argentina en 1978 llegó al fútbol inglés tras un problema contractual con Boca Juniors y no poder encontrar ningún club en su país.

Su destino fue el modesto Birmingham, club que pagó unos US$400.000 por sus servicios y aceptó las exigentes condiciones del futbolista argentino, que para la época eran consideradas exorbitantes: un auto, transporte y gastos para su familia, pagar por las multas que pudiera recibir, respetar los compromisos internacionales y un salario semanal de unos US$500.

El defensor sólo jugó 23 partidos y su paso por Inglaterra es recordada por su violenta entrada a Brian Greenhoff y cuando subió a la tribuna a pegarle a un espectador que los estaba molestando.

Roy Essandoh

Desempleado y con mucho tiempo disponible, Roy Essandoh fue protagonista de una de las historia de fábula que hacen especial la Copa de la Asociación inglesa de fútbol, la FA.

El modesto Wycombe Wanderers había logrado llegar a los cuartos de final para enfrentar al Leicester, pero la aventura copera había tenido un costo alto para el club, que llegaba al partido con todos su delanteros lesionados.

Desesperados, los directivos del Wycombe pusieron un anuncio de trabajo solicitando a un delantero que estuviera interesado en jugar un partido de cuartos de final de la Copa FA y que no estuviera vinculado a otro club.

La BBC publicó el anuncio en el teletexto que existía por la época y Essandoh se puso a disposición del técnico.

Estaba claro que todo estaba servido para que el delantero se convirtiera en el héroe al entrar al campo en los últimos minutos y anotar el gol de la victoria que envió al Wycombe a las semifinales, tal y como ocurrió.

Luther Blissett

Nadie lo ha reconocido públicamente, pero la historia de que el AC Milan fichó a Luther Blissett en 1983 al confundirlo con John Barnes sigue contándose en Italia e Inglaterra como si fuera la verdad.

Ambos jugadores habían sido los pilares de la espectacular campaña del Watford que terminó segundo por detrás del Liverpool, lo que atrajo la atención de los observadores del club italiano.

Cuenta la leyenda que la prioridad fue Barnes, pero el que llegó al norte de Italia fue Blissett, quien terminaría anotando cinco goles en la única temporada que jugó de rossonero.

Pese a la fuerza con la que se mantiene vigente la historia, el periodista italiano Gabriele Marcotti no cree que tenga mucho fundamento.

La razón: si bien es verdad Barnes terminó convirtiéndose en una leyenda, aquel año Blissett tenía igual o mejores credenciales al anotar 27 goles durante la temporada por solamente 13 de su compañero.

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