Pero lo más importante para los marselleses fue poder romper su preocupante dinámica y mejorar una imagen que estaba siendo muy decepcionante en este 2015, después de un inicio de curso en el que el equipo se había mostrado como el más fuerte en el fútbol francés.

El Marsella llevaba cuatro partidos consecutivos sin ganar, incluyendo el anterior en el que pasó de ir 2-0 por delante en casa ante el Caen a perder 3-2, y no vencía fuera de casa desde hace cinco meses, una mala racha que había instalado el pesimismo entre sus hinchas.

El partido en Toulouse ya había quedado decidido en la primera mitad, con una ventaja por 4 a 0.

El belga Michy Batshuayi adelantó al Marsella en el minuto 2 y luego repitió en el 44. Entre medias, Baptiste Aloé (6) y un tanto en contra de François Moubandje (20) habían dejado el partido muy encarrilado.

En la segunda parte, el Toulouse acortó en el 76 con un gol de Wissam Ben Yedder (76), pero el Marsella respondió sin nerviosismo y firmó dos tantos más, con el ghanés André Ayew (78) y su estrella André-Pierre Gignac (89).

Ese último, que comenzó como suplente y jugó sólo la última media hora, suma 16 tantos en esta Ligue 1 y se aproxima al máximo anotador, Alexandre Lacazette (Lyon), que lleva 21.

Mañana continúa la jornada francesa con seis partidos, aunque el duelo entre el París Saint-Germain (2) y el penúltimo, el Lens, es el plato fuerte de la jornada. Los de Laurent Blanc pueden ponerse líderes provisionales en caso de victoria y de paso responder con sangre fría a la presión enviada este viernes por el Marsella.

Para el domingo quedan tres encuentros y el último de ellos será la visita del Lyon a Montpellier. Allí el líder tratará de demostrar que su derrota del pasado fin de semana en Lille fue un accidente y que puede mantener la cabeza del campeonato francés.