Fútbol Nacional

En el mundo de las lesiones del futbol guatemalteco

Las lesiones, una etapa en la carrera de un futbolista que encierra los miedos más profundos a no poder regresar a la cancha. Para algunos significa una redención, mientras que para otros ha puesto punto y final a una carrera que prometía muchos frutos.

El futbol guatemalteco ha sido testigo del drama de muchos jugadores, quienes han frenado su carrera deportiva por problemas físicos. Los casos más recientes se vivieron en Municipal con Jaime Vides y Renato Sequén, que quedaron fuera del Clausura.

Sin embargo, las lesiones en el futbol no son solo un dilema del presente, sino del pasado, y al hacer cuenta de una radiografía general nadie se salva, ya sea leve o de gravedad.

En el quirófano han desfilado muchos, como José Manuel Contreras, Hernán Sandoval, Edwin Morales, Juan Carlos Plata, German Ruano y Carlos Figueroa, por mencionar algunos, pero gracias a una terapia específica y constante han logrado salir adelante, tras un largo tiempo de recuperación.

Una de las etapas más complicadas de las lesiones es el luchar con el aspecto psicológico, es una guerra interna entre el deseo de volver a jugar y la respuesta física del cuerpo.

Según el médico Julio Motta Pensabene, si una lesión no es tratada de una manera seria, podría hacerle mucho daño al jugador, al punto de dejarlo fuera de la carrera profesional. “Por eso es determinante una recuperación al pie de la letra”.

RENATO SEQUÉN

El mediocampista rojo se lesionó en noviembre del 2014 los meniscos, durante el partido de ida por las semifinales del Apertura ante Marquense.

Motta, quien fue médico de Comunicaciones y la Selección Nacional, considera que las lesiones más frecuentes en el futbol son las musculares y que las más graves son las de ligamentos de la rodilla.

Por su parte, el médico de Municipal, Héctor López, asegura que la superficie del terreno de juego es importante para evitar lesiones. En este caso el club rojo trata de mantener en buen estado la gramilla del estadio del Trébol.

Triste recuerdo

“Recuerdo bien, el miedo que me dio el regresar. Uno ya no es el mismo”, comenta Erwin el Abuelo Morales, defensa de Antigua GFC, quien sufrió una fractura en el quinto metatarsiano durante el 2012.

EDWIN MORALES

El defensor, ahora de Antigua GFC, se lesionó en noviembre del 2012, en un partido internacional de la Selección de Guatemala contra Paraguay. Morales disputó solamente 35 minutos de ese juego.

“Yo ahora puedo contar mi final feliz, pero lamentablemente no todos pueden tener ese privilegio”, agrega Morales.

“Cuando finalmente encontraron cuál era mi problema recuerdo que lloré como un niño, porque me dijeron que era probable que no volviera a jugar”, describe Morales.

En los casos más recientes de lesiones se sitúa el mediocampista escarlata Renato Sequén, quien está en un proceso de recuperación que al menos le tomará seis meses. “Uno no es un robot para no sentir. Como persona, asimilar una lesión es algo muy fuerte”, describe el volante rojo, quien lleva dos meses de recuperación, lejos de la posibilidad de tocar un balón o imaginarse en estar en la cancha.

Más allá del dolor físico, los futbolistas deben luchar contra aquellos pensamientos negativos que los puedan invadir.

EDGAR ESTRADA

El exportero guatemalteco sufrió una grave lesión en la columna vertebral en el 2002, tras accidentarse con su motocicleta. Pese al golpe, nunca detuvo la actividad deportiva hasta su retiro en el 2009.

Otro de los jugadores que puede describir que es lidiar con un fuerte golpe como el de una lesión es el portero Juan José Paredes, quien una lesión le sorprendió mientras custodiaba el arco de la Selección Nacional de Guatemala, en el fogueo contra Canadá.

“Uno como futbolista creo que nunca está listo para una lesión. Yo había estado bien y no me esperaba esto”, cuenta Paredes, quien sufre un esguince en la rodilla —derecha— posterior.

La recuperación

Si existe algo más importante que la misma lesión es el momento en el que los jugadores deben comenzar el proceso para regresar. Según Morales, esa es una de las partes a las que se les debe poner más atención.

“Recuerdo que mi preocupación era tal que hice cada cosas que me dijeron, siempre al pie de la letra como me explicaron que debía hacerlo”, comparte.

Mientras, Renato Sequén reconoce que después de la operación de rodilla ha cumplido con paciencia la fase de terapias.

El mismo caso que el portero crema Paredes, quien fue obligado a no hacer esfuerzos en 10 días. “Uno quiere regresar lo más pronto posible, pero se debe hacer lo que a uno le dicen”, explica.

JAIME VIDES

El defensor escarlata, que retornó la pasada temporada a Muncipal, fue diagnosticado con una lesión de ligamento cruzado. Estará seis meses fuera,

La familia

Otra de las cosas fundamentales para una recuperación es la familia, explica Morales. “Mi esposa y mis hijos fueron mi motivación para no caer. Tuve el apoyo de ella; siempre eso fue algo muy importante”, recuerda.

El mismo sentimiento es compartido por Sequén, quien reconoce también la importancia de los compañeros de equipo. “El apoyo de todos ellos es bueno. Además, si la operación fue un éxito, la recuperación también debe serlo”, agrega.

Si algo le fue complicado a Morales fue quién encontrara la verdadera razón de su dolor, por lo que terminó por operarse en Costa Rica.

“Tuve muchas opiniones médicas, y fue allá en donde encontré una en la que confié”, expresa.

Desde su experiencia, Guatemala cuenta con buenos médicos en algunas áreas, pero aún falta un poco más de especialización para que no se recurra a una opinión fuera del país.

“Acá hay muy buenos doctores, pero mi tema era óseo, y fue difícil de diagnosticar. Pero conozco compañeros que se han recuperado de fuertes lesiones musculares acá”, expresa.

El equipo forma parte fundamental de la recuperación. “Desde el primer día en que recibo la noticia le debo de agradecer mucho a Municipal; ellos me han apoyado”, comenta Renato Sequén.

Por su parte, Morales describe que la importancia de que el club no se olvide de ellos es algo que ayuda a tener la esperanza de regresar.

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