“No nos queda otra alternativa que olvidar ese partido”, comentó el volante Julian Draxler. “Tenemos que sacarlo de la cabeza y prepararnos para el duelo con Bayern”. Schalke tiene la enfermería llena, con lesiones del central brasileño Felipe Santana, el volante Kevin-Prince Boateng y el zaguero Sead Kolasinac. 

El campeón defensor tiene prácticamente asegurado su 22do título de la Bundesliga. El equipo de Pep Guardiola sacó 19 puntos de ventaja sobre Leverkusen, no ha perdido en sus 47 últimos partidos por la liga —todo un récord— y dejó puntos sobre la mesa apenas en dos de sus 22 partidos.

Ningún otro equipo ha tenido semejante delantera en este punto de la temporada en los 51 años de existencia de la Bundesliga. Bayern puede asegurar la corona matemáticamente el 15 de marzo, aunque es más probable que lo consiga a fin de ese mes. De todas formas, el club bávaro parece encaminado a superar la marca que fijó la temporada pasada como el campeón más prematuro, tras coronarse el 6 de abril de 2013 luego de 28 fechas.       

Bayern también luce como candidato firme a ser el primer equipo que termina una campaña invicto en la Bundesliga, y el primer club en el campeonato alemán que gana todos sus partidos como local. Además puede fijar marcas por puntos sumados, menos goles permitidos, mayor cantidad de blanqueadas, más victorias en una temporada y, dependiendo de los resultados de Leverkusen y Dortmund, la más amplia ventaja sobre sus contrincantes.       

Bremen recibe el sábado a Hamburgo con mucho sobre la mesa, ya que ambos equipos luchan por no descender. Bremen tiene apenas una victoria en sus 11 últimos desafíos y no ha ganado en sus cinco últimos, para quedar apenas tres puntos por encima de Hamburgo en la carrera por alejarse de la zona de descenso. Hamburgo parecía condenado después de sufrir siete derrotas consecutivas en la liga, pero resucitó con el nuevo técnico Mirko Slomka luego de vencer a Dortmund 3-0 el fin de semana pasado.