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Gerard Piqué pierde el título de indiscutible

Titular indiscutible desde que en la temporada 2008-09 se afianzó como uno de los centrales con más proyección de Europa, el azulgrana Gerard Piqué ha perdido galones con Luis Enrique Martínez en el banquillo, al jugar de inicio siete de los catorce partidos oficiales disputados hasta la fecha.

Después de la derrota del Barcelona en el Bernabéu (3-1), el jugador catalán encadenó anoche ante el Ajax de Amsterdam su segundo partido consecutivo sin jugar por decisión técnica, una circunstancia que no se había producido con Pep Guardiola, Tito Vilanova y Gerardo Tata Martino.

Así, en este inicio de temporada el internacional español ha pasado de ser actor protagonista -“sin Piqué se nos caía el invento”, dijo Tito Vilanova en 2011- a tener un papel de secundario con Luis Enrique Martínez.

Cierto es que, a diferencia de sus antecesores, el técnico asturiano apuesta por introducir rotaciones en el eje defensivo. Prueba de ello es que en lo que va de temporada ha utilizado cinco parejas de centrales distintas.

La preferida es la formada por el tándem Mascherano-Mathieu (6 titularidades), seguida por la pareja Bartra-Piqué (4) y Mathieu-Piqué (2), mientras que el argentino también ha jugado de inicio con el central barcelonés (1) y anoche se estrenó en el once coincidiendo con Bartra.

En total Piqué ha completado 700 minutos, muy cerca de los 745 que atesora Mascherano, quien además de central también ha ocupado la posición de pivote defensivo, mientras que Jérémy Mathieu, como zaguero y lateral zurdo, es el jugador más utilizado (936 minutos).

Hasta el clásico de hace diez días, el catalán era uno de los jugadores más utilizados en los esquemas defensivos de Luis Enrique. De hecho, ante el Real Madrid encadenó su cuarta titularidad consecutiva, entre Liga y Liga de Campeones.

Pero ante el eterno rival su progresión vivió un punto de inflexión. En el Bernabéu, seguramente no fue su peor partido, pero salió en la foto del penalti, por unas inoportunas manos, con el que el Real Madrid empató a uno al filo del descanso.

Desde el 25 de octubre, Gerard ha jugado tan solo 45 minutos en la Supercopa de Cataluña, en el que anotó el único gol de su equipo, y después se quedó en la grada contra el Celta y se sentó anoche en el banquillo del Amsterdam Arena.

Curiosamente su ausencia ha coincidido en un momento en el que también ha sido noticia fuera de los terrenos de juego, algo que no es nuevo para un jugador al que, a veces, parte del entorno azulgrana le ha juzgado más por su actividad extradeportiva que por su rendimiento en el campo.

En todo caso, Luis Enrique negó tras el partido en msterdam que la suplencia del tres azulgrana se deba a motivos disciplinarios: “No hay ningún castigo, ni nada que se lo parezca”.

Sin embargo, el tono de sus declaraciones son algo distintas a las que pronunció a inicios de temporada, cuando consideraba al jugador catalán como uno “de los mejores centrales”  de los últimos años.

Tras catorce partidos oficiales, ha quedado claro que Piqué -junto a Marc Bartra y el aun inédito Thomas Vermaelen el único central natural del equipo azulgrana- es para Luis Enrique un jugador más. Poco importa que sus competidores directos sean un pivote defensivo (Mascherano) y un lateral zurdo (Mathieu) y que la calidad en la salida del balón sea menos limpia.

A sus 27 años, el que para Guardiola y Vilanova era una pieza importantísima vive uno de los momentos más delicados desde que regresó al club de su vida.

Parece que para volver a recuperar el título de indiscutible Piqué deberá cumplir la promesa que hizo el pasado agosto: “Para jugar en el Bara tienes que ser el mejor o uno de los tres mejores del mundo. Creo que puedo volver a serlo y para ello trabajo”. La duda es si aún está a tiempo de convencer a su técnico.