El máximo organismo del fútbol inglés no ha anunciado la sanción a la que se enfrenta en esta ocasión el técnico, que tiene de plazo hasta el próximo lunes para recurrir contra los cargos que se le imputan.
En la recta final del partido que perdió ante el Aston Villa en el Villa Park, el árbitro, que ya había expulsado a Willian, enseñó tarjeta roja a Ramires y dejó al Chelsea con nueve futbolistas, una situación que hizo perder los nervios a Mourinho, que entró al terreno de juego para protestar la expulsión.
“Estaba dos o tres metros dentro del campo, o bien cuatro o cinco metros, pero había otras diez personas allí. Estaba yo, mis dos asistentes, Paul Lambert (entrenador del Aston Villa) y sus dos asistentes“, lamentó el técnico luso tras el partido.
El colegiado del encuentro enseñó entonces la roja a Mourinho, como ya había ocurrido en octubre en un encuentro ante el Cardiff que el luso terminó de ver desde la grada.
En aquella ocasión, la FA le impuso una multa económica, “la sanción estándar para ese tipo de faltas“, según dijo entonces el máximo organismo del fútbol inglés.