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Brady vs Ryan: la superestrella consagrada frente al astro en ascenso

La definición del Super Bowl tiene un significado que seguramente trascenderá, el duelo de mariscales entre Tom Brady y el Matt Ryan que puede marcar la continuidad de una era o el inicio de una nueva etapa.

El duelo entre los mariscales Tom Brady y Matt Ryan es uno de los atractivos del Super Bowl, que se jugará el domingo en Houston. (Foto Prensa Libre: AP)

El duelo entre los mariscales Tom Brady y Matt Ryan es uno de los atractivos del Super Bowl, que se jugará el domingo en Houston. (Foto Prensa Libre: AP)

Todo esta dado para un espectáculo brillante, con dos ofensivas muy poderosas, guiadas con maestría por sus conductores. Pero entre ellos, parecidos y muy diferentes a la vez, habrá más que un partido en juego.

Brady, líder de los Patriots, jugará para meterse en los libros de historia. Con cuatro anillos ganados, el “quarterback” de New England se convertirá en el único en tener cinco títulos si el domingo en Houston levanta el trofeo Vince Lombardi. A los 39 años, podría dejar atrás a leyendas como Joe Montana y Terry Bradshaw, otros mariscales que lo acompañan con cuatro anillos.

Para Ryan, el título sería el broche perfecto para su mejor temporada en la Liga. A los 31 años, “Matty Hielo” jugó al nivel de una superestrella, pero para lograr ese estatus necesita ganar el campeonato.

Una prueba de ello es que el mariscal de los Falcons, la mejor ofensiva de la Liga, hará su primera aparición en un Super Bowl.

El contraste con Brady es evidente. Para el “faraón” será su séptima presencia en la noche más esperada del deporte norteamericano. En tres de los cuatro títulos que ganó lo nominaron el hombre del partido y en dos ocasiones lo eligieron el jugador más valioso (MVP) de la Liga.

Considerado una megaestrella y uno de los mejores mariscales de campo de todos los tiempos, Brady tiene los condimentos para serlo. Casado con la supermodelo brasileña Gisele Bündchen, exitoso dentro y fuera del campo, la cara visible de varias marcas líderes y con una cuenta bancaria en la que acumula varios millones, Brady es un fiel exponente del “All-American Boy”.

Sin embargo, su alto perfil también le ha provocado disgustos: Desde su baja de popularidad por el “Deflategate”, un escándalo en el que estuvo involucrado hace dos años y que le valió una suspensión por desinflar balones de forma deliberada para permitir un mejor atrape, hasta las críticas por su amistad y su público apoyo al actual presidente estadounidense, Donald Trump.

A Ryan, los focos de la popularidad le son ajenos. Lo suyo se limita al campo de juego, donde guió a Atlanta a una campaña inédita en la serie regular y donde brilló en los play offs. Desde su brazo derecho pulverizó a las defensas de Seattle Seahawks y Green Bay Packers, que entre las dos recibieron 80 puntos nacidos desde la inventiva del “quarterback” de los Falcons.

Nacido en Exton, un pequeño poblado de Pensilvania, Ryan, gracias a su rendimiento, desplazó a Brady del equipo ofensivo del año. Además, está ubicado entre el primer y el segundo lugar en las principales categorías estadísticas para un mariscal de campo. Por eso, es el principal candidato a ser elegido el MVP de la Liga.

Pero esos atributos de superestrella no se reflejan en su vida privada: Ryan, un joven silencioso y tranquilo, y “Matty Ice”, un líder extremadamente competitivo, parecen dos personas diferentes.

“Soy bastante aburrido”, fue una de sus frases más populares a la prensa. ¿Pruebas? No dudó en confesar que la pizza que más le gusta es la de queso y que el helado que más le agrada es el de vainilla.

Su padre, en el “New York Times”, dijo que hay que reirse de esa frase. “Matt se mantuvo con los pies en la tierra. No es que sea aburrido. Ahora tiene un contrato millonario, pero no se olvida las veces que me ha llamado porque no tenía dinero para la gasolina”.

Más allá de las diferencias, hay dos cuestiones que los unen a Ryan y a Brady. Una es el aspecto físico: los dos miden 1,93 metros y pesan alrededor de 100 kilos.

La otra es el talento. Ryan completó 373 de los 534 pases que intentó en la campaña. En 16 juegos lanzó para 4.994 yardas y 38 touchdowns. Por el contrario, apenas permitió siete intercepciones.

Brady, que se perdió los primeros cuatro partidos por la suspensión por el “Deflategate”, ejecutó 28 pases para touchdown y sólo sufrió dos intercepciones. En total lanzó pases para 3.554 yardas.

¿Ryan o Brady? ¿Cambio de era o vigencia? El domingo, cuando se vean las caras en Houston, se sabrá.

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