Ambas se parecen en que se debe tener mucho cuidado para no tomar la decisión equivocada y dejarse ir por una ilusión o un folleto y publicidad atractiva. En franquicias y en el matrimonio lo que cuenta es lo que hay de fondo, qué soporte vamos a encontrar y si tendremos el respaldo permanente para desarrollar y llevar a buen puerto a nuestro barco.

Así que es muy importante primero investigar antes de tomar la decisión, tomarse el tiempo para conocer la estructura y darnos cuenta si la opción de franquicia o pareja es la que más se acomoda a nuestras necesidades, gustos y preferencias.

Involucrarse en la adquisición y operación de una franquicia es para toda la vida, no es algo que tomamos por un año y luego pasamos a otra cosa; igual sucede con el matrimonio.

Por otro lado, siempre es mejor dos cabezas que solo una. Estar solos es muy complicado, adquirir una franquicia tiene la enorme ventaja de no tener que operar en solitario. Al sumar crecen las oportunidades de éxito, igual sucede en la vida y cuando una persona quiere sumar a la vida de otra, se incrementan las posibilidades de desarrollo personal para ambos.

La analogía de hoy viene a propósito de que este día me caso y además de mi sincero deseo de compartir esta enorme alegría para mi vida, es verdad que la decisión de elegir una esposa y comprometerse con ella es la misma a decidir invertir en un negocio en franquicia y en ambas depositamos sueños y esperanzas. Deseo que su elección de inversión en una franquicia sea tan adecuada como la mía de casarme. Te amo, Karen.

José Fernández, Director general de Francorp Centroamérica direccion@francorca.com