Economía

Bienes raíces virtuales

Las inversiones en bienes raíces son las mejores inversiones, o por lo menos eso es lo que nos han enseñado siempre y es que para muchos especialistas es una de las mejores alternativas de inversión, pues le permite a una persona adquirir un activo que difícilmente se deprecia, que lo más probable es que aumente su valor con el tiempo, y que, en algunos casos, pueda generar rentas constantes de efectivo al darlo en alquiler.

También se nos ha enseñado que la inversión en bienes raíces es la de menor riesgo ya que es difícil que desaparezca o pierda todo su valor como suele suceder con el dinero en fuertes períodos inflacionarios, o con los bonos o certificados de valor.

En otras palabras, se considera la inversión en bienes raíces como una inversión de bajo riesgo, segura y rentable, la cual le está permitiendo ganar mucho dinero a muchas personas.

Pero no todo es tan fácil. Invertir adecuadamente en bienes raíces es complejo ya que existe un sinnúmero de posibilidades, una gran diversidad de tipos de inmuebles, diferentes ubicaciones, y sobre todo una gama muy amplia de precios, rentabilidades y lo más importante el “riesgo”.

La persona que va a invertir requiere tener conocimientos fundamentales del mercado inmobiliario para asegurarse que su inversión será rentable o por lo menos que no tendrá pérdidas, además de contar con un marco jurídico nacional que le dé certeza y de alguna manera garantice que las operaciones cuentan con controles, normas y leyes para este tipo de negocios.

Todo esto porque las tendencias del mercado inmobiliario ha experimentado en los últimos años múltiples variantes y formas de inversiones de suerte que, tal como sucede con los bienes raíces del mundo real, los bienes raíces virtuales ofrecen ganar mucho dinero a muchas personas en cualquier parte del mundo. Uno de los sitios web es Second Life el cual consiste en un mundo virtual en donde las personas interactúan de forma virtual con otras a través de la compra de propiedades, que luego son mejoradas y vendidas supuestamente a un mayor precio; o terrenos que posteriormente son utilizados para establecer negocios virtuales; o fincas agrícolas que mediante inyecciones de capitales produzcan rentas como producto de las actividades que se realicen en ellas.

Dentro de este esquema, recién analicé una propuesta virtual que ofrece “vender” en casi Q3 mil, por un plazo de más o menos 25 años, un pedazo de tierra pequeño -100 m2- en una finca agrícola de la costa sur que necesita inyecciones de capital, de manera que los inversionistas comprarán la tierra fragmentada y con ese recurso los promotores buscarían potencializar la producción y los nuevos “propietarios temporales” recibirán ganancias que la finca producirá, garantizando una rentabilidad de más del 10 por ciento anual de su inversión de acuerdo a la productividad y mercados internacionales.

Hasta aquí todo suena bien, pero si 100 m2 de esta finca los están “vendiendo” en Q2,730, que es probable que no esté produciendo adecuadamente en ese momento, porque se aclara que requieren capital para potencializar la producción, resulta que el m2 se estaría cotizando en Q26.25, con un equivalente a Q12.3 millones por caballería. Ahora bien, de acuerdo a valores encontrados en estos sectores se tiene que una caballería de este tipo podría costar hoy, más o menos Q4 millones, o sea que los compradores estarían sobre pagando más de 3 veces su valor.

Existen otros proyectos similares en áreas urbanas, en los que se pretende atomizar la venta de edificios de oficinas o de apartamentos, haciendo trocitos de 1 o 2 metros cuadrados a precios de compra “accesibles” con una renta igualmente atractiva, pero al multiplicar los valores por m2 equivalentes a un apartamento, resultan valores donde los “compradores” están pagando más de 3 veces el valor de mercado.

Puede ser que estos proyectos sean rentables, brinden garantías buenas, tengan procedimientos honestos y cumplan con todo lo que ofrecen, pero esto es probable que esté fuera de normas y leyes adecuadas dentro de la legislación nacional porque no las hay. Es importante que todos estos proyectos cumplan con aspectos tales como: registro en alguna comisión nacional de inversiones, registro de diferentes formas de valores a las tradicionales, garantías avaladas por esta comisión, requisitos mínimos de información que contemple costos, planificación, factibilidad y riesgos de la inversión, garantías con certeza jurídica y económica, requisitos mínimos de los proyectos tales como capacidades agrícolas, tecnología, equipo y maquinaria, tipo de cultivos, recursos hídricos y otros que serían indispensables para minimizar los riesgos de los inversionistas.

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