Economía

Diálogo: “Busco un país libre de lavado de dinero”

En su retorno al frente de la Superintendencia de Bancos (SIB), José Alejandro Arévalo plantea que uno de sus ejes estratégicos es la prevención del lavado de dinero y evitar el financiamiento del terrorismo. 

El superintendente de Bancos comenzó su vida laboral a los 16 años con un sueldo de Q30. (Foto Prensa Libre: Alvaro Interiano

El superintendente de Bancos comenzó su vida laboral a los 16 años con un sueldo de Q30. (Foto Prensa Libre: Alvaro Interiano

CIUDAD DE GUATEMALA- El superintendente de Bancos comenzó su vida laboral a los 16 años con un sueldo de Q30, para luego catapultarse en el campo académico y hacer carrera en el área financiera.

“Mi mayor aspiración  es hacer de Guatemala un país libre del lavado de dinero”, expresó quien ya tiene 14 años de experiencia en la SIB y otros siete en el Banco de Guatemala (Banguat).

El entrevistado comparte su visión como servidor público con más de 40 años de trayectoria,  además de  los  retos para ejercer  liderazgo en la institución encargada de  la vigilancia e inspección de bancos, instituciones de crédito y empresas financieras.

¿Cómo describiría su vida académica? ¿Cuáles fueron sus principales motivadores?

El inicio de mi vida académica parte de mi hogar. Como hijo de maestros, mis padres inculcaron a sus tres hijos el estudio y la lectura. Nos repetían reiteradas veces que la única forma de tener éxito en la vida es la preparación para aprovechar las oportunidades. Para tener un futuro sabíamos que debíamos estudiar desde niños.

Estudié en la escuela Domingo Faustino Sarmiento, luego en el colegio La Juventud. Obtuve una beca con los hermanos maristas en  el Liceo Guatemala. En tercero básico decidí estudiar  perito contador en  la  Escuela de Comercio, donde magníficos profesores supieron despertar en mí la pasión por la docencia.   

Desde principio de la década de 1980 serví cátedra universitaria. En 2001 fui decano de la Facultad de Ciencias Económicas durante cinco años y vicerrector de la Universidad Rafael Landívar (URL) durante dos años.

¿Qué cargos han enriquecido su  vida profesional?

A los 16 años comencé mi vida laboral percibiendo Q30 mensuales en una oficina de contabilidad y auditoría. Recuerdo la primera vez que tuve una caja de recibos y facturas de las cuales tuve que hacer la contabilidad a mano y con tinta en libros grandes de aquel entonces.

Con una beca de los Jesuitas ingresé a la URL por mis altas calificaciones. Estudié dos carreras,  como contador público y auditor y administrador de sistemas de información. Además de un posgrado en políticas públicas.

También trabajé en una fábrica de jabón y en  un banco del sistema.

Luego envié mi solicitud  para trabajar en el Banguat o en la SIB. Realicé un examen de seis horas junto a 108 personas para aplicar a  dos plazas. La preparación me abrió las puertas en la SIB.      

Entre el Banguat y la SIB he estado 20 años. Laboré durante 14 años en la SIB y  siete  en el Banguat, donde fui el gerente más joven de la historia, a los 36 años.  En el período de Ramiro De León Carpio fui elegido como superintendente. Busqué la independencia de la SIB con el Banguat al construir  un nuevo edificio.

¿Qué significa el nuevo liderazgo en la SIB?

En esta institución me forjé profesionalmente. La considero mi alma máter. Hoy en día estoy gratamente sorprendido porque la Superintendencia que yo soñé en 1995 la hallé hecha una  realidad.

Encontré una institución de carácter predictivo con una supervisión basada en riesgos. Segundo,  una entidad informada tanto o más que los supervisados. Tercero,  una institución respetada y respetable. Como cuarto elemento presenta independencia a nivel político y económico.

Por último, la Superintendencia es líder en administración pública y cuenta con gente preparada donde  la meritocracia es lo que prevalece.  La exigencia profesional respalda la calidad institucional.

El liderazgo de la Superintendencia no lo determina mi persona, sino los seguidores.  

El trabajo de un funcionario público, y especialmente en una institución con tanta calidad y responsabilidad,  debe manejarse  bajo tres pilares: la  autoridad legal, la autoridad técnica y la autoridad moral y ética.   Esta es la base bajo la cual se puede crear un liderazgo sano.

¿Cómo visualiza el liderazgo de la SAT?

Yo creé esa institución cuando fui ministro de Finanzas. Era una corrupción y una defraudación tributaria impresionante. Actualmente parece estar igual, pero no puedo dar fe al no estar presente en la actualidad.

Como ministro busqué erradicar la corrupción mediante el cierre de aduanas y de  rutas internas.   Por ello se creó la SAT para recaudar y fiscalizar con profesionales de carrera, pero la corrupción imperó y esa institución se echó a perder porque la autoridad técnica y moral está ausente.

Si bien la SIB es un sueño hecho realidad, la SAT es un sueño hecho pesadilla.

¿Qué planes hay en su agenda para la prevención contra el lavado de dinero?

Uno de los ejes estratégicos de mi gestión es la prevención del lavado de dinero y financiamiento del terrorismo. Este va encaminado al fortalecimiento de la normativa y supervisión basada en riesgos para los sujetos obligados, considerando el incremento de los mismos en los últimos años y a futuro.

Mi mayor aspiración, además de proteger el ahorro,  es hacer de Guatemala un país libre del lavado de dinero.  El principio fundamental está en los bancos del sistema  que deben conocer a sus cuentahabientes con un perfil en  el manejo de dinero.

¿Cuáles son los principales retos en la SIB?

El desafío principal es la modernidad a través de la transformación de los servicios financieros. La Superintendencia debe proteger a los ahorrantes  con sistemas alineados con la tecnología que garanticen la confianza y la seguridad del sistema financiero nacional.

El segundo desafío es la actualización en la regulación financiera de acuerdo con las mejores prácticas de estándares internacionales. La crisis del 2008 y 2009 obligó a repensar la forma de supervisión y regulación del sistema financiero mundial con Basilea III (conjunto  de reformas para fortalecer la   gestión  del sector bancario)  a implementar en  el país. 

Debemos velar por que las 106 instituciones del sector financiero supervisado sean estables y confiables para los ahorrantes.

| EDUCACIÓN -Clave al desarrollo- |

El superintendente de Bancos, José Alejandro Arévalo, considera que la educación es la “clave para el desarrollo de las naciones, para que las personas puedan tener movilidad social”.

Sin importar la cuna de origen, según el funcionario, a través de los esfuerzos, la dedicación, el estudio y la preparación las personas pueden alcanzar la superación y lograr mejores condiciones de vida.

“Mediante la docencia entendí que la formación y el esfuerzo son  la clave del éxito”, expresó.

– Labor exitosa

• José Alejandro Arévalo creó la primera emisión de bonos en Guatemala.

• Superintendente de  Bancos de 1993 a 1995. Retomó ese cargo  el 24 de noviembre último.

• Ministro de Finanzas de 1996 a 1998, donde instaló el Sistema Integrado de Administración Financiera  y el Sistema de Auditoría Gubernamental.

• El 23 de junio de 1998 constituyó la Superintendencia de Administración Tributaria (SAT).

• Presidente ejecutivo del Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE), de 1998 al 2000.

• Decano de la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales de la URL, del 2001 al 2005.

• Vicerrector de la Universidad Rafael Landívar (URL), del 2005 al 2007. 

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