Economía

Cuarto traslado de la Ciudad de Guatemala

Imagínese, estimado lector, lanzarse a construir un edificio de varios niveles, sin planos, sin un diseño ni especificaciones que le indiquen qué tipo de acabados, qué clase de ventanas y puertas, o dónde irán los baños y los drenajes.

Simplemente se lanza a empezarlo y a ver cómo le va.

Definitivamente, mal.

Algo así sucedió con la Ciudad de Guatemala. Empezó bien, con un trazo reticular —calles y avenidas—, considerando la topografía para la extracción y posterior evacuación de las aguas, analizando las entradas y salidas de las arterias que comunicarían los poblados al norte —ruta al Atlántico—, sur —ruta al Pacífico—, este —ruta a El Salvador— y oeste —ruta Interamericana—.

Manuel Colom emite en 1972 el Esquema Director de Ordenamiento Metropolitano (EDOM) como el mejor plan de ordenamiento hasta esa fecha, pero que no fue suficiente 30 años después. Hoy se ha planteado el POT como una alternativa cosmética, pero no resuelve el problema de fondo por lo que ahora tenemos un “edificio” que sigue en construcción, con serios problemas de movilidad, contaminación y hacinamiento, resultando ser una ciudad cara para vivir.

Desde hace tiempo he venido planteando la posibilidad de que se traslade la Ciudad de Guatemala a otro sitio, que no es una idea descabellada, ya que Guatemala ha sido cambiada de sitio en varias ocasiones así: Pedro de Alvarado funda la primera Ciudad de Guatemala el 25 de julio de 1524 en el asiento de Iximché, de donde se retiraron a causa de los levantamientos indígenas, dándose el PRIMER TRASLADO, y el 22 de noviembre de 1527 (3 años después), Jorge de Alvarado, hermano de Pedro de Alvarado, decide fundar formalmente una verdadera ciudad de españoles en el poblado de San Miguel Escobar, pero el 11 de septiembre de 1541 fue destruida por un deslizamiento de aguas y tierra desde el Volcán de Agua. Debe haber tenido sus calles y plaza sin empedrar, así como arquitectura de materiales poco consistentes, y entonces se da el SEGUNDO TRASLADO a la ciudad de Antigua Guatemala, fundándose el 22 de noviembre de 1542 (14 años después) en el Valle de Panchoy. Esta ciudad llegó a su gran esplendor, erigiéndose como una de las más bellas y grandes del Nuevo Mundo.

El 29 de julio de 1773 sobrevino el gran terremoto y se decide realizar el TERCER TRASLADO, por lo que para el nuevo asentamiento de la capital se hace un amplio estudio entre los Llanos de la Virgen, los Valles de Jalapa y los de El Rodeo.

El informe preparado por la comisión presidida por el Oidor Decano indicaba que los climas eran benignos, la topografía se consideraba a propósito para edificar una gran ciudad, pero tenían escasez de agua potable, lo cual fue una de las principales razones para que no se aceptaran. Finalmente, se eligió el Valle de la Virgen, también llamado de la Ermita (del Carmen).

El 1 de enero de 1776 (234 años después), por órdenes terminantes del capitán general Martín de Mayorga, el ayuntamiento se traslada al Establecimiento Provisional de La Ermita, como inicialmente se le llamó a la ciudad. Por orden real del 23 de mayo de 1776 recibió el nombre de Nueva Guatemala de la Asunción.

A partir de la Revolución de 1871, la ciudad se modernizó con hermosos edificios y después de la Revolución de 1944 se dio un período de gran crecimiento urbano en el país, aumentando de tamaño e importancia.

Llevamos aquí 240 años y no es necesario que venga otro gran terremoto para irnos, por lo que ¿no podríamos pensar ya en el CUARTO TRASLADO, aunque sea parcial?

Evidentemente, las condiciones son diferentes, antes la tierra y las construcciones eran baratas y abundantes, hoy son los bienes más escasos y caros, pero podríamos pensar en trasladar algunas actividades.

Se necesita de un área donde concurran los movimientos aire-mar-tierra.

Además de condiciones topográficas, geológicas y de controles ambientales, entre otras. Una de las áreas que cumple con estas condiciones son los alrededores de Masagua, en Escuintla.

Podría hacerse por etapas, por ejemplo, el aeropuerto, luego la Universidad de San Carlos, seguidamente algunas actividades hospitalarias y deportivas, posteriormente se debería trasladar la industria de procesos y de exportación. Le seguirían la hotelería y recreación, al igual que algunos ministerios. El resto de actividades llegaría por consecuencia.

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