Economía

Es oficial, Nafta II

No hacía falta ser futurólogo ni adivino para tener claro que uno de los primeros actos comerciales del Presidente Trump era sacar a los EE.UU. del TPP y la renegociación del Tratado de Libre Comercio de Norteamérica (NAFTA). Dos días después de haber tomado posesión oficializó esta decisión.

Lo anunció a los cuatro vientos como candidato y como se dijo oportunamente en esta columna, esas promesas de campaña son relativamente fáciles de cumplir, ya que es algo que sumará a la “seriedad” de su presidencia. Acabar con el terrorismo, o desmontar el Obama Care, son acciones que no dependen exclusivamente de él y seguramente desbordarán su presidencia.

También se comentó en esta columna el grado de preparación del Primer Ministro canadiense Trudeu al adelantarse y proponer él mismo un rediseño del NAFTA. El Presidente Peña Nieto fue bastante osado al invitarlo como candidato a México, algo que causó más problema que el último escape del Chapo, pero no quita el mérito de su capacidad estratégica para preparase frente al cambio.

El criterio expuesto por Trump es lograr acuerdos que beneficien a los trabajadores y negocios en los EE.UU., un bonito deseo pero que puede provocar efectos perversos en la propia renegociación del NAFTA.

Tampoco se debe ser adivino para saber la respuesta de México y Canadá a la propuesta, no tienen otra alternativa que aceptarla y sentarse en las mesas de negociación. También tienen claro que las economías mexicana y estadounidense están tan integradas, que aumentar impuestos a los vehículos producidos en México pueden producir hasta 30 mil desempleados de autopartes del lado norte de la frontera. También grandes exportadores de maíz en los EE.UU. venden en México anualmente US$2 mil 500 millones, estos productores no quieren perder su mercado natural.

En otras palabras, una acción equivocada, de proteccionismo comercial por los EE.UU. puede provocar mucho más desempleo del que piensa generar.

Las actitudes de temor irracional o de fatalismo poco ayudan a prepararse frente a los nuevos desafíos. Tampoco la actitud del avestruz, escondiendo la cabeza en un agujero y dejando su cuerpo a merced del peligro es positiva y mucho menos segura. Esta misma semana los Secretarios (ministros) de Relaciones Exteriores y de Economía mexicanos estarán en Washington DC para preparar la visita del Presidente Peña Nieto a Trump el día 31 de enero, donde seguramente anunciarán el inicio de renegociación del NAFTA.

Los EE.UU. han sido y seguirán siendo el principal socio comercial de Guatemala, destino de exportaciones y origen de la mayor parte de nuestras importaciones, aunque países como China se acercan rápidamente a esa posición.

Las estadísticas comerciales del año 2015, indican que ese país es el principal destino de nuestras exportaciones (US$1 mil 500 millones) , y que los siguientes cuatro países son en orden: El Salvador, Honduras, Nicaragua y Costa Rica, que suman casi 3000 millones de dólares.

Por el lado de las importaciones, siempre EE.UU. es el principal origen de nuestras importaciones, casi US6 mil millones. Tampoco se puede obviar que para Guatemala, el comercio internacional es el principal motor de la economía y única fuente para generar empleos suficientes para dar trabajo a los miles de jóvenes que anualmente se incorporan al mercado laboral. Nuestra economía es pequeña y necesita de mercados mucho más grandes y con recursos para consumir las prendas de ropa, frutas, productos que se producen en nuestro país o de los call centers que dan servicio a estas economías.

Da igual cualquier escenario, la política comercial de Guatemala debe buscar ampliar su acceso a nuevos mercados en Europa, Asia y fortalecer los tradicionales en Centroamérica y esto involucra acciones tan específicas como buscar que nuestras escuelas públicas sean bilingües o trilingües (también el cantones) en algunos años o apostar a realmente eliminar TODAS las barreras al comercio intracentroamericano. Estas acciones si depende exclusivamente de nosotros.

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