Economía

Un encuentro con nuestra responsabilidad

La idea del presente artículo surgió luego de participar con un cliente y su equipo en la resolución de un problema que abordaba la empresa y les estaba fastidiando el presupuesto y los resultados financieros, pero no se encontraba la solución por el sencillo hecho que todos buscaban culpables fuera de su departamento.

Podemos empezar preguntando: ¿cómo amaneció el día de hoy, qué tal los resultados de ayer, la salud cómo está? O cualquier otra pregunta para evaluar la situación por la que está pasando, apreciado lector. Tal vez muchas respuestas no sean tan buenas como quisiéramos; amanecimos preocupados, los resultados de ayer fueron bajos y la salud mal. ¡Y entonces¡ ¿Qué hacer? Es la reflexión para hoy.

Puede que haga parte de nuestra cultura esa terrible enfermedad de buscar en otros los dolores que pasan por nuestro cuerpo y atribuirles la culpa de desgracias e incompetencias personales. Cuando pensamos que lo que nos pasa es por la acción de otros, aparece frustración desconsuelo y rabia, pues nos damos cuenta que no podemos hacer nada, estamos indefensos al no poder cambiar a los demás.

Estando en el mes de la independencia, se imaginan que siguiéramos atribuyéndole los problemas del país a los conquistadores y esperando que ellos resolvieran nuestras realidades actuales. Esta fue la conclusión después de varias horas de discusión con el cliente, que no encontró un ejecutivo que asumiera la responsabilidad que tenían con la situación presentada; una compañía que si no tomaba acción podría ir a la quiebra.

El crecimiento verdadero del ser humano es cuando descubre sus propias entrañas, entendiendo que son y están bajo su responsabilidad, cuando logra mirar hacia él mismo. Identificar nuestra responsabilidad termina la victimización dejando de buscar culpables por lo que pasó y podría pasar, reconociendo nuestras incompetencias para asumirnos y no repetirlas, pero si seguimos enfocados en los otros se convierte en una insoportable carga que tienen que contabilizar las empresas.

No perder la esperanza es un requisito de nuestra responsabilidad, les animo a inscribirse en un curso de “aceptación de responsabilidad”, dejemos de buscar causas de por qué los otros son así, no sigamos encontrando razones para justificarnos, actuemos, no esperemos que los demás nos califiquen; cuando asumimos responsabilidad, la opinión primaria es la nuestra.

Estoy totalmente seguro que las empresas que consiguen que sus ejecutivos asuman su responsabilidad no necesitan tantos organigramas, jerarquías, manuales, protocolos, directores, jefes y supervisores; por el contrario, se consolidan los equipos en el servicio de unos a otros, y la esencia de una organización empresarial surge, gracias a que la responsabilidad consolida líderes.

Lo más fácil es culpar al otro y también, lo menos efectivo; lo más difícil, asumir lo que nos corresponde y cambiar, pero a la vez, lo más valioso y transformador de nuestra sociedad. Hasta la próxima.