Economía

“El caso nadal”

Quienes gustamos del deporte blanco, el tenis, por estos días nos aprestamos a robarle un poco de tiempo a nuestras actividades para disfrutar del espectáculo que nos brindan atletas de élite, que físicamente representa una disciplina única para lograr permanecer en lugares privilegiados del ranquin y hacerse presentes en el Australian Open, torneo de tenis que se inició esta semana.

Quisiera incorporar a la reflexión del día algo que puede ocurrirnos a muchos ejecutivos que somos del ranquin, poseemos una serie de cualidades, hemos triunfado, nos ha ido bien, pero llega un momento en que las cosas no salen como ocurría en el pasado; situación por la que está pasando el jugador Rafael Nadal.

Rafael Nadal es un jugador extraordinario, ganador, disciplinado, consagrado a su deporte, ha ganado 14 Grand Slam, torneos donde solo acuden aquellos privilegiados en el ranquin, los verdaderamente ganadores; es el tenista que más veces ha ganado un torneo llamado Roland Garros, es el más joven en conseguir ganar los cuatro torneos más importantes en una sola temporada, en fin, tiene todo lo que un atleta desearía lograr.

Desafortunadamente, hace varios meses no logra demostrar todo lo que quisiera, al inicio del presente torneo fue derrotado en la primera ronda, y sí, efectivamente dice que entrena más que antes, está enfocado, trata de resistirse a tener que salir de un torneo en la primera de cambio, situación que se ha vuelto normal para sus competidores y una frustración para él. Pregunta: ¿qué puede estar pasando con el maravilloso Rafa?

Hace algún tiempo escribía sobre una serie de condicionantes que la vida va colocándonos y que nos generan limitantes con los que vivimos y no somos conscientes, por ello se dice que la sabiduría es cuando hacemos consciente lo inconsciente, y probablemente tanto Rafa como muchos de nosotros en nuestra vida ejecutiva debemos hacer esfuerzos mayores para poder conseguir lo que otros encuentran sin tanto sacrificio.

Dentro de mis reflexiones decía que Rafael Nadal saldría pronto del ranquin acreditando a la forma como fue diseñado, algunos de los detonantes iniciaban por el apodo que lleva, “El matador”, al observar su cara en la cancha es fácil detectar cómo hace honor a ese terrible apodo, el cual está confirmado con una serie de lesiones y molestias que carga su cuerpo, incluyendo ciertos hábitos limitantes que hacen ver más importante lo de fuera que su propio poder.

Lo anterior surgió como una reflexión personal, lo que no nos gusta en los otros, es porque tenemos algo de lo mismo, he tenido que trabajar, y sigo haciéndolo para dejar de jugar tenis de esa forma.

En la vida ejecutiva hay muchos ejecutivos que usamos las mismas estrategias agresivas, que funcionaron en el pasado, pero que hoy nos demuestran lo pobres que son para conseguir resultados y mantenerlos.

Si usted es un matador en la oficina, agresivo, duro, muy probablemente saldrá del circuito, por ello el consejo es que cambie la forma de ver la vida y la forma de entrenar.

Hasta la próxima.

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