Economía

Jefa del FMI es culpable, pero sin ninguna condena por este delito

Sin castigo ni antecedentes penales, pero culpable de actuación negligente en el conocido como "affair Tapie", uno de los escándalos financieros más sonados de los últimos años en Francia: así evaluó hoy la Corte de Justicia de la República el papel de Christine Lagarde, la actual directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI).

El tribunal consideró que Lagarde, que era ministra de Economía y Finanzas de Francia en el momento de los hechos, actuó de forma negligente al renunciar a presentar una apelación contra una controvertida indemnización millonaria a favor del empresario Bernard Tapie. Por ello, la presidenta de esa corte, Martine Ract Madoux, consideró que Lagarde es culpable de negligencia en el ejercicio de sus funciones.

La propia Lagarde no se encontraba en Francia para escuchar personalmente la decisión, sino que está en Washington por “compromisos profesionales”, explicó su abogado.

Mientras, en la sede del Fondo Monetario Internacional (FMI) la pregunta que todos se hacen es si Lagarde seguirá al frente de la poderosa institución financiera mundial, pese a la decisión del tribunal.

Está en juego mucho más que el futuro de una persona: para Francia, la dirección del FMI es el único puesto de peso que sigue ostentando a nivel internacional, confesó el presidente François Hollande a dos periodistas. El Gobierno de París aseguró hoy que sigue confiando en Lagarde y destacó la ausencia de castigo en el proceso.

De la misma manera, su abogado Patrick Maisonneuve argumentó que sin pena no hay una condena real, por lo que tampoco constarán antecedentes penales para Lagarde. Al mismo tiempo mostró su decepción por la conclusión de la corte. Lagarde puede intentar ahora recurrir ante el Tribunal de Casación.

  • Se trata del primer gran proceso en un escándalo que da titulares en Francia desde hace años. En 2008, un tribunal de arbitraje concedió a Tapie una indemnización de más de 400 millones de euros en una disputa contra el entonces banco estatal francés Crédit Lyonnais, poniendo fin a una disputa legal larga y complica.

El empresario, con muy buenas conexiones políticas, denunció haber sido víctima de una estafa cuando una subsidiaria del Crédit Lyonnais vendió sus acciones en el fabricante alemán de artículos deportivos Adidas.

La corte no cuestiona la decisión de recurrir al arbitraje, pero considera increíble que parte de la suma de esa indemnización, unos 45 millones de euros, se concedieran en concepto de “daños inmateriales”.

“¿Sabe usted que los daños inmateriales para los padres que han perdido a un hijo son 30.000 euros?”, preguntó la magistrada Ract Madoux a la líder del FMI en varias ocasiones durante el proceso.

Sin embargo, la entonces ministra Lagarde, renunció a apelar la decisión del tribunal de arbitraje, una acción en la que el tribunal ve ahora una actuación negligente que permitió defraudar dinero público.

Lagarde se declaró inocente y aseguró actuar de buena fe.

El proceso fue poco usual. No sólo porque en la Corte de Justicia de la República de Francia en el banco de los jueces no sólo se encuentran tres jueces de carrera, sino también 12 diputados de Francia, que deciden sobre la culpabilidad o inocencia de delitos políticos franceses de alto rango en su desempeño como ministros o secretarios de Estado.

También porque ni siquiera la Fiscalía respaldaba la condena. “Tomar una mala decisión no es una negligencia penal”, había dicho antes el fiscal general Jean-Claude Marin.

La opositora más dura de Lagarde entre los jueces era la presidenta de la corte francesa, que interrogó con dureza a Lagarde.

Además, faltaban los personajes más importantes de este espectacular escándalo: Bernard Tapie, un efímero ex ministro, no había sido citado y tampoco el ex jefe de la oficina de Lagarde Stéphane Richard acudió a su interrogatorio. Ambos son investigados por sospecha de fraude.

Los investigadores sospechan que el proceso de arbitraje pudo haber sido manipulado sin el conocimiento de Lagarde y se atribuyen conexiones entre uno de los árbitros y Tapie, motivo por el cual la Corte de Apelación de París anuló el arreglo en 2015. Los acusados niegan las acusaciones.

Con la condena de Lagarde, el escándalo de Tapie no está cerrado ni de lejos y se espera con tensión un posible proceso contra los dos principales sospechosos.

Y aunque el proceso contra la líder del FMI deja entrever el engranaje del Estado francés y las redes de poder, influencia y rivalidades, muchas preguntas principales siguen abiertas.

Lagarde siempre ha asegurado que no recibió presión alguna del Palacio del Elíseo, pero el jefe de su oficina participó en un encuentro allí en el que se habló del tema.

En Francia está extendida la sospecha de que el palacio del Elíseo presionó quizá para lograr una solución fácil que beneficiara a Tapie. El diario “Libération” ya habló hace tiempo de un “proceso cojo” y profetizó que los acusados podrían salir airosos. Pero que no convencería a nadie.

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