Economía

La mancha urbana

En los años de 1960 los visionarios predecían la propagación de colonias humanas en el espacio; sin embargo, otra especie de colonia humana se propaga velozmente y es ¡aquí en la Tierra!

En los últimos años hemos tenido épocas de prosperidad, y los desarrollos de vivienda aparecieron como hongos después de la lluvia y medio siglo más tarde, muchos problemas ambientales acompañaron a la expansión hacia el exterior de las ciudades, se empezó con la fragmentación y destrucción de hábitat de vida silvestre y la descarga de agua de escorrentía contaminada en los ríos y lagos.

La tecnología espacial emergente de la década de 1950 ha crecido junto con nuestras ciudades. Hoy, docenas de satélites de alta tecnología están dando vueltas a nuestro planeta, recopilando terabytes de datos científicos sobre el medioambiente. Estos datos están proporcionando una visión global vista única de los efectos de la expansión urbana.

Desafortunadamente, muchos planificadores de las ciudades todavía no tienen acceso a ese panorama. La Nasa está trabajando en un proyecto llamado Nautilus que puede proporcionar a los urbanistas datos de satélite rápidamente y de una forma que hasta para aquellos no científicos sea fácil entender.

Nautilus es uno de los siete Centros de Aplicación Regional de la Tierra Ciencias (o RESACs) de todo el país financiado por la Nasa. ¿Por qué la Nasa? El Earth Science Enterprise de la Nasa es responsable de muchos de esos satélites que circundan la Tierra, y que se utilizan para cumplir con la misión de la Nasa para comprender y proteger nuestro planeta. Resac se inició en 1998, como una manera de obtener información vital de las ciencias de la Tierra en las manos de los tomadores de decisiones locales y regionales.

El equipo Nautilus está desarrollando sus herramientas de teledetección en cuatro regiones de prueba en Connecticut, Massachusetts, Maine y Nueva Jersey. Los funcionarios públicos locales en estas regiones están resolviendo sus necesidades de información, y los científicos están aprendiendo a dar formato a los datos de satélite de manera que respondan a esas necesidades como por ejemplo mapas codificados por color o animaciones —time lapse—.

Es impresionante ver una animación de secuencias en cámara rápida de 30 años, ya que estos gráficos pueden proporcionar compleja información de una manera rápida e intuitiva al observar el serpenteo de brazos urbanos simulando largas mechas a las que se les ha prendido fuego.

Da una sensación de aturdimiento al ver el time-lapse de un crecimiento histórico de una ciudad sobre todo al preguntarse ¿y el futuro?, ya que las consecuencias de lo que viene para el uso de la tierra es lo que los urbanistas deben contemplar.

Estas herramientas satelitales permitirán a los planificadores de una ciudad considerar y prever un hipotético futuro de su ciudad, en el supuesto de que creció de acuerdo con los patrones de zonificación actuales. Ellos podrían ver mapas sencillos, mediante un código de colores para los impactos ambientales o podrían optar por volar a través de un mapa en 3D de su futura ciudad para tener una idea más cruda de lo que vendrá. Más importante aún, les permitiría hacer cambios y ver el resultado probable de diferentes escenarios de crecimiento.

Se podrían tener estimaciones de la degradación de la calidad del agua, debido al desarrollo para realizar y justificar las decisiones difíciles que enfrentan los funcionarios públicos.

Uno de los problemas es la fragmentación de los bosques que se produce cuando los bosques grandes y continuos se dividen en bloques más pequeños, ya sea por caminos, por la tala para la agricultura, por la urbanización o por otro tipo de desarrollo humano ya que el aumento de la fragmentación, debido al desarrollo urbano representa una amenaza para la biodiversidad, principalmente en las poblaciones animales, ya que sus hábitats se impactan y afectan al fragmentar un bosque en trozos cada vez más pequeños.

Otro dato interesante es el código de colores para mostrar el porcentaje del paisaje cubierto por superficies impermeables —como pavimento y tejados— al tener un antes y un después y proyectando al futuro si los patrones de zonificación actuales continúan desarrollándose.

Una investigación ha demostrado que tener más del 25% de la superficie impermeable en un área conduce a mayor deterioro de las vías fluviales locales, debido a la baja en las recargas hídricas generadas por las lluvias impactando en el descenso de la producción de agua extraída de los pozos locales de los cuales abundan en nuestras ciudades.

Es importante entonces el uso de satélites para entender mejor el impacto ambiental de la humanidad de la expansión de “colonias” aquí en la Tierra.

¿Dudas?

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