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Los tropiezos del nuevo Canal de Panamá: ¿está mal construida la ampliación?

El nuevo canal de Panamá no quedó mal hecho. Eso aseguran las autoridades del país en un mensaje que están ansiosas por transmitir luego de una serie de noticias e incidentes que han empañado la celebración por la recién inaugurada expansión de la obra.

Los incidentes han llevado a algunos a preguntarse si existieron problemas de diseño que, hacia el futuro, pueden dificultar el adecuado funcionamiento de esta arteria crítica del comercio mundial.

Esta misma semana, los medios mundiales reportaron que el Xin Fei Zhou, un buque de bandera china, había sufrido daños al golpearse contra el concreto de una de las nuevas esclusas del canal, que se habían inaugurado exactamente un mes antes.

El buque sufrió averías visibles aunque no graves.

El hecho recordó las advertencias de quienes aseguran que hay problemas en el diseño de la expansión del canal, que se completó este año a un costo de US$5.200 millones.

No hay problema

Los críticos advierten que las esclusas nuevas son demasiado pequeñas para el tamaño de los superbuques que usan el canal, lo que hace que el tránsito de los navíos sea complejo y potencialmente peligroso.

Antes, al cruzar el Canal de Panamá por las esclusas antiguas construidas a principios del siglo XX, los buques eran controlados por cables conectados a varias locomotoras en la orilla, lo que facilitaba sus maniobras.

En cambio, en el nuevo canal, la operación la realizan buques remolcadores.

En agosto del año pasado, Iván de la Guardia, dirigente del gremio de pilotos de remolcadores en el canal, le decía a Vanessa Buschlutter de la BBC que había “obvias preocupaciones por la seguridad” ante lo que él aseguraba era entrenamiento insuficiente por parte de las autoridades para realizar estas complejas maniobras.

La Autoridad del Canal de Panamá niega tajantemente que haya problemas de seguridad y menos de diseño, asegurando que el reciente percance con el buque chino fue un incidente fortuito.

“Se debió a que en el momento en que el buque estaba entrando a la esclusa de Aguaclara, se presentó lo que podríamos llamar la tormenta perfecta. Empezó una lluvia y el factor cambiante fue que trajo ráfagas de viento de hasta 40 nudos”, le dice a BBC Mundo el capitán Guillermo Manfredo, Gerente Ejecutivo de Operaciones de Tránsito de la Autoridad del Canal de Panamá.

Manfredo aseguró que lo que causó el contacto del barco con la pared fueron “esas ráfagas y que la lluvia no permitía buena visibilidad”.

El funcionario niega que hayan ocurrido otros incidentes de consideración con buques en el mes que lleva operando el nuevo canal.

Manfredo también asegura que los dueños del buque involucrado en el incidente consideraron que la situación estaba “fuera de nuestro control” ya que era “un problema de la naturaleza” y agrega que dichos dueños no solicitaron una investigación a las autoridades pues “consideraron que no era necesario ponerle culpa a ninguna de las partes”.

Más controversia

La controversia en torno al canal ha venido subiendo de tono en las últimas semanas. El diario The New York Times publicó recientemente un reportaje en el que citaba a expertos reiterando presuntos problemas con el diseño mismo de las esclusas, en particular por su tamaño.

“No hay ningún tipo de problema de falla de diseño. Las esclusas tienen diferentes variaciones para dependiendo del tamaño del buque podemos abrir o cerrar compuertas para que los remolcadores quepan”, argumenta Manfredo.

“Tenemos 56 tránsitos de buques comerciales y prueba de ello es que no ha habido ningún problema”, insiste.

Cambio climático

El reportaje del diario neoyorquino también citaba a expertos advirtiendo que, además de los problemas con el tamaño de las esclusas, podía haber una dificultad de más largo plazo.

Por el cambio climático, sostenía el reportaje, el canal se estaba quedando sin agua suficiente para su adecuada operación.
Ante el bajo nivel de las aguas habían tenido que pedirle temporalmente a los buques que redujeran el monto de carga que llevaban.

Situación que iría en contra de la justificación original para la expansión del canal, precisamente permitir que pasen buques de mayor capacidad de carga.

Nuevamente, las autoridades del canal niegan tajantemente que esto sea un problema.

“Nosotros sufrimos este año un fenómeno de El Niño muy fuerte lo cual nos puso unas limitaciones”, reconoce Manfredo. Pero dice que El Niño terminó y “en la operación hoy en día no tenemos ninguna restricción, salvo con los buques Neopanamax (los de mayor tamaño)”, situación que considera temporal y que atribuye a la “curva de aprendizaje” en la operación del canal recién reinagurado.

“Es una situación que se da cada 15 o 20 años”, dice, respecto a un fenómeno de El Niño de tanta magnitud.

También durante la construcción de la ampliación del canal, que se prolongó por nueve años a partir de 2007, se presentaron filtraciones de agua en las paredes de algunas de las esclusas. Lo que llevó a que algunos cuestionaran la calidad de las obras que se estaban adelantando en el país centroamericano.

“No hay ningún problema de filtración”, dice Manfredo a BBC Mundo.

“Se dio en un área del proyecto, que en una construcción de esta magnitud pudiera darse de cualquier tipo de falla durante la construcción, pero que fueron corregidas”, puntualiza el funcionario.

Crucial para el comercio
 

El Canal de Panamá cumple un papel central en el funcionamiento de la economía mundial. Cuando fue inaugurado a comienzos del siglo XX sirvió para conectar comercialmente las dos costas de Estados Unidos, su principal usuario de entonces.

Hoy es visto como una pieza clave en el engranaje de la globalización para permitir el comercio entre Asia, el continente americano y el resto del mundo.

El canal es también, por supuesto, un asunto político vital para Panamá. La capacidad de manejarlo adecuadamente es un punto de honor para el país centroamericano, que durante buena parte del siglo XX convivió con la existencia de una dependencia colonial estadounidense en la mitad de su territorio.

La retirada estadounidense de la zona del canal y el traspaso al gobierno panameño del manejo de la vía interoceánica a finales del siglo pasado es un momento clave en la historia de esa nación. Por lo que no sorprende que las autoridades expresen optimismo frente al futuro de la vía.

Las expectativas

“Sentimos que el canal llenó las expectativas. Recibimos un producto de primera calidad”, dice Manfredo a BBC Mundo.
“La curva de aprendizaje que todos sabemos que teníamos que pasar yo creo que está yendo más rápido de lo que esperábamos”, insiste.

“Las perspectivas a futuro del canal son muy, muy prometedoras”.

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