Economía

Incorporar a la próxima generación

Muchos fundadores de empresas familiares esperan que su legado trascienda más allá de la descendencia.

La razón de fondo está vinculada con los conflictos interpersonales —lucha de egos— entre los miembros de la familia empresaria, que muchas veces no se logran solucionar de manera satisfactoria, y terminan por acabar con el negocio.

El proceso de incorporación de la nueva generación representa un gran desafío para la familia y para la empresa, ya que es necesario responder a muchas preguntas, como por ejemplo: ¿Los hijos deben empezar desde abajo o con un cargo gerencial? ¿Es recomendable que trabajen fuera de la empresa familiar antes de incorporarse? ¿Cuánto deberían ganar los miembros de la familia que trabajan en la empresa? ¿Qué privilegios en la empresa son aceptables para los familiares? ¿Se puede despedir a un familiar que no sea responsable en su trabajo? ¿Es aceptable que los familiares políticos trabajen en la empresa? ¿Los familiares políticos serán aceptados?

En CGL estamos convencidos que en la etapa de transición generacional se debe buscar, sobre todo, la armonía familiar, lo que se consigue encontrando el lugar de cada uno.

Para lograrlo, sin embargo, es fundamental el convencimiento y la determinación de todos los familiares, empezando por los accionistas. Convencimiento es cuando un familiar dice que sí está de acuerdo con algo; determinación implica llevarlo a la realidad.

Además es clave la comunicación abierta y la disposición a negociar. En ese contexto, es posible hablar del protocolo familiar, que es un instrumento de valor moral. Se conceptualiza como el conjunto de acuerdos documentados, derivados del diálogo y consenso, que regulan la relación entre la familia y la empresa, y que se espera sean vividos por la familia empresaria.

Incluye temas fundamentales que van desde los valores de la familia y el comportamiento esperado por los familiares en la empresa, hasta criterios para la incorporación/desvinculación de familiares, temas de compensación, evaluación del desempeño, y el manejo de los conflictos de interés, entre otros.

Lo más importante del protocolo es el proceso de discusión, que tiene que ser bien estructurado y dirigido, pues es así como se logra el compromiso de los familiares con esos acuerdos morales que ayudarán a minimizar los conflictos actuales o potenciales a los que se ven expuestas empresas y familias.

Mi recomendación es buscar un protocolo práctico y no aquellos documentos con mucha información que puede llegar a ser por funcional. El gran propósito de un proceso de discusión y definición de este instrumento es ayudar a la búsqueda de la armonía empresa–familia en el largo plazo.

Entonces, ¿tienes un protocolo que apoye la armonía familiar y la trascendencia del negocio?

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