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El que presta es esclavo de quien le prestó

Solo en el tema de deudas con tarjetas de crédito en nuestro país se les debe a estas un total de 12 mil millones de quetzales, según un reciente reportaje de Prensa Libre.

Eduardo Palacios Lima

Eduardo Palacios Lima

Quienes les deben, pasan por un verdadero calvario. Las personas deudoras salen a trabajar y generar ingresos para ver que estos son insuficientes para cubrir sus necesidades y enfrentar las obligaciones de pago que tienen con las compañías emisoras de tarjetas. Prácticamente se convierten en esclavos modernos de estas, pues trabajan para pagarles a ellas, las cuales son amos implacables a la hora de cobrar lo prestado a sus tarjetahabientes.

Lo que un día les ofrecieron con mucha cordialidad y cortesía, después se lo demandan de manera insolente y abusiva. Algunas personas, debido al acoso que experimentan por parte de estas, han tenido que recurrir a instancias como la Defensoría de Derechos Humanos o a la Superintendencia de Bancos a solicitar asistencia y apoyo legal para que sirvan de mediadores en el pago de lo adeudado, que cada vez crece más por los intereses que no dejan de operar.

A quienes nos piden asistencia y orientación les recomendamos esforzarse por pagar las deudas que tienen los saldos más pequeños primero, para posteriormente abonarle a los que presentan un saldo mayor.

Esto lo hacemos por dos razones. Una es de tipo económico y la otra es por razones emocionales.

En lo económico ayuda enfocarse en saldos menores, pues al salir de estos, lo que les abonábamos se lo agregamos al pago que veníamos haciéndole normalmente a los de saldos mayores. De esa manera, la cantidad abonada a los saldos pequeños, pasa al abono de los medianos y luego ambas cantidades pasan a ayudar al pago de los grandes. A esta técnica se le conoce como “bola de nieve”.

En lo emocional, ayuda a superar el desánimo que se conoce como estado de depresión leve, pues por pequeño que sea el saldo de una deuda, al salir de esta viene ánimo a quien la paga. No hay mayor causa de desánimo que tener deudas, razón por la cual nos contratan, cada día más, en empresas y diversas instituciones, pues su personal está sumido en un desanimo generalizado por el nivel de endeudamiento que experimenta, lo cual afecta notoriamente su desempeño y eficiencia operativa en perjuicio de estas.

Una vida libre de deudas permite disfrutar de una libertad incomparable para trabajar al máximo de nuestro potencial, dormir en paz, comer sin presiones que afecten nuestra digestión y llevar una relación grata con nuestra pareja. Eso es lo que deseamos que disfruten todos nuestros queridos lectores.

En mi libro Cómo hacerla en la vida conocerás más sobre este y diversos temas de economía personal. Dr. Eduardo Palacios Lima – coach en finanzas personales y familiares.

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