El Progreso

Panorama se alfombra de tabaco

Pese a lo irregular del invierno, la temporada de siembra de tabaco comenzó este mes  en El Jícaro, San Agustín y  San Cristóbal Acasaguastlán, los tres municipios de El Progreso.

Empleados de  la finca Las Vegas, en El Jícaro, están a cargo de la formación de pilones de plantas de tabaco, a través de hidroponía. (Foto Prensa Libre: Héctor Contreras)

Empleados de  la finca Las Vegas, en El Jícaro, están a cargo de la formación de pilones de plantas de tabaco, a través de hidroponía. (Foto Prensa Libre: Héctor Contreras)

EL PROGRESO.- La sequía no parece afectar a los agricultores, debido a que utilizan métodos y técnicas agrícolas avanzadas.

Boris Herrera, delegado del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Alimentación (Maga) en ese departamento, indicó que el cultivo de tabaco se practica en este departamento a través de hidroponía —disoluciones minerales en agua en lugar de tierra—, porque así lo han acordado los agricultores con las empresas tabacaleras.

Explicó que la cosecha  de esta planta es negociada de antemano con estas empresas, por lo que estas ponen reglas en los contratos para su cultivo.

Herrera resaltó  la importancia de este cultivo  para El Progreso.

“Se cultivan de 200 a 250 manzanas de terreno en el departamento, y cada una de ellas provee de trabajo a ocho empleados. Se puede calcular que el cultivo del tabaco es esencial para el sustento de dos mil familias”, expresó.

Sin embargo, el delegado del Maga relató que en la actualidad se siembra menos que en años anteriores.

El año pasado se utilizaron unas  400 manzanas para la siembra de tabaco, pero actualmente se redujo  a unas 250, comentó.

 Además, años atrás había más finqueros dedicados a este cultivo, pero el huracán Mitch —en 1998— y la tormenta Stan —2005— causaron pérdidas en los cultivos, en especial en los terrenos que estaban cercanos al río Motagua, los cuales ya no se recuperaron.

César Amil, encargado de personal de la finca Las Vegas, en El Jícaro, manifestó que el trabajo consiste en la preparación del pilón del tabaco a través de la hidroponía, para lo cual utilizan estanques  llamados filas.

“Se tratan unos 19 mil 360 pilones por cada fila de piletas —cada fila tiene piletas de 1.5 metros de ancho por   1 metro de largo—. Se forman 12 filas de piletas”, relató Amil.

Añadió que cuando los pilones ya están formados —lo que toma unos 40 días—, se trasladan  al suelo, donde  el crecimiento lleva unos 90 días.

Luego se cortan las hojas y se pone a secar en galeras, para enseguida  venderlas a las tabacaleras.

En las fincas trabajan agricultores de varias partes del país, como Mario Toc, jornalero de Cobán, Alta Verapaz,  quien dijo que no gana mucho, pero consigue para el sustento familiar.

Jorge Cuz, jornalero, refirió que esta actividad le garantiza al menos cuatro meses de trabajo.

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