¿Ya se tiene más claro qué podría estar contaminando el río?

Chiroy: Estamos a la espera de los resultados de laboratorio. La empresa Repsa —Reforestadora de Palma de Petén, S. A.— está señalada en este momento, porque ellos presentaron un escrito el 5 de mayo en la Dirección de Gestión Ambiental, en donde establecen que derivado de un rebalse de sus lagunas de oxidación, posiblemente se haya originado la primera mortandad de peces.

González: El laboratorio de toxicología ya tiene muestras que está procesando, y no basándose solo en la detección del plaguicida Malatión, sino también de productos derivados de la palma, porque pueden haber contribuido a la mortandad.

¿Qué consecuencias trae la contaminación?

Chiroy: La pérdida de la diversidad biológica. El Consejo de Áreas Protegidas identificó 23 especies damnificadas, la pesca se afectó de manera directa y tampoco —los residentes— pueden consumir el agua ni bañarse en el río.

¿Hay probabilidades de que la contaminación se extienda?

Chiroy: Presentamos un amparo contra Repsa, que es la que está en investigación, y estamos esperando resultados de otras investigaciones. Esperamos que pronto se esclarezca qué fue lo que contaminó el río.

¿Hay otros problemas que afronte el río?

González: El cambio de uso del suelo. El hecho de que aparezca Malatión —pesticida— significa que hay una actividad relacionada con la agricultura. Hay impacto por el mal manejo del suelo.

Las tierras en Petén han ido cambiando de dueño, e incluso entre narcotraficantes, y tienen grandes haciendas consideradas como áreas protegidas; ahí hay una ausencia del Estado.

Es una tragedia nacional el hecho de que la contaminación haya alcanzado una longitud de 190 kilómetros. Ya constituye un problema que nos puede llevar a conflictos binacionales, porque nosotros aportamos, a través de las vertientes, agua para México, Honduras y El Salvador, y este último es el más vulnerable, porque es aguadependiente de las cuencas de Guatemala.