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Sao Paulo acoge la mayor retrospectiva latinoamericana de Salvador Dalí

La mayor retrospectiva que se hizo jamás en Latinoamérica sobre Salvador Dalí desembarcó este viernes en la ciudad brasileña de Sao Paulo tras haber conquistado el público de Río de Janeiro, donde recibió casi un millón de visitas.

24 óleos, 135 dibujos, ilustraciones y varios documentos integran la exposición de Dalí. (Foto Prensa Libre: EFE)

24 óleos, 135 dibujos, ilustraciones y varios documentos integran la exposición de Dalí. (Foto Prensa Libre: EFE)

SAO PAULO- Con 24 óleos, 135 dibujos, ilustraciones y varios documentos, la exposición Salvador Dalí abrió sus puertas en el Instituto Tomie Ohtake de la mayor urbe de Brasil, donde permanecerá para el público hasta el 11 de enero del 2015.

Frente a un conjunto de fotografías que inmortalizan a Dalí jugando con su bigote, la comisaria de la exhibición, Montse Aguer, explicó que la muestra busca presentar al genio catalán “como un artista total, no solo como un pintor, sino también como escritor, cineasta, escenógrafo e ilustrador”.

Para conseguirlo, la exposición trajo a Brasil la faceta menos conocida de Dalí, con joyas como los grabados que el pintor realizó en 1969 para acompañar el cuento Alicia en el País de la Maravillas de Lewis Carroll o una serie de flores y frutas con formas humanas.

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Del academicismo al impresionismo, pasando por telas que beben de los cubistas Picasso, Braque o Juan Gris, la antológica daliniana -como el propio artista- se mueve entre la tradición y la vanguardia, albergando rincones para todos los gustos.

“Están presentes todos los Dalís”, matizó Aguer, que destacó al Dalí “que quiere desdibujar las líneas entre la alta cultura y la cultura de masas”.

Aunque predominan las pinceladas pastosas y las figuras alargadas de su faceta surrealista, la muestra también expone obras de juventud, de la época americana o de su pasión por la ciencia para dar al visitante, como dijo Aguer, “una buena idea de la evolución artística de Salvador Dalí”.

Frente a bocetos que se acercan al automatismo y lienzos que propugnan la abstracción, la exhibición apuesta por reforzar la vertiente literaria del pintor que, a juicio de Aguer, también fue “un gran escritor”.

Tampoco podían faltar a la cita las múltiples referencias a Gala, su musa y esposa, a los relojes blandos, convertidos ya en un icono de la historia del arte, o a su amado paisaje natal, sobre el que llegó a afirmar: “yo soy el Cabo de Creus”.

La muestra la completan fotogramas de los filmes de Luis Buñuel Un chien andalou y LAge dOr, en los que Dalí participó.