“Si la Semana Santa genera tradiciones solemnes y de profunda meditación, la Nochebuena guatemalteca refleja la alegría que conmueve en la fiesta de la Virgen de Concepción y en la espera del nacimiento de Cristo”, dice el historiador Celso Lara en su libro Tradiciones de Nochebuena en Guatemala.
En esta edición se incluye una breve historia de algunas tradiciones de esta época.
Nacimiento
Es una de las tradiciones más enraizadas en la mente del guatemalteco y es de origen franciscano. “Tradicionalmente se dice que fue el Santo Hermano Pedro —a mediados del siglo XVI— quien difundió la tradición del nacimiento, aunque no lo fue”, señala Celso Lara en su libro Tradiciones de Nochebuena en Guatemala, porque existieron cronistas que describen esta tradición desde 1524, cuando llegaron los franciscanos y dominicos a la región.
Tamal
Esta comida, que se prepara con masa de maíz, recado de tomate y carne de cerdo o pollo y envuelto en hojas de maxán, se consume desde antes de la llegada de los españoles. El investigador Luis Villar Anleu, en su libro La cocina popular guatemalteca, afirma que los tamales ancestrales se preparaban con carne de animales como la mancolola —ave—, faisán, pavo montés, venado o tepezcuintle.
Árbol navideño
La tradición del árbol navideño se desarrolló ampliamente en el siglo XIX en Europa, y se difundió rápidamente en Latinoamérica. En muchas localidades guatemaltecas se acostumbra colocar el nacimiento bajo su follaje. En la punta se pone una estrella que representa la fe en la vida cristiana y la estrella de Belén que guió a los Reyes Magos con el Mesías.
Ponche
Esta bebida caliente que integra variedad de frutas como piña, manzana, uvas, ciruelas, entre otras, refleja la simbiosis de las culturas americana y europea. Se tienen referencias de que en el siglo XVI existía una bebida con estas características. Sin embargo, el nombre “ponche” aparece en las crónicas de Ramón A. Salazar, en el siglo XIX.+
Santa Claus
Este personaje de traje rojo es de los más icónicos de la época navideña. Existen múltiples versiones de su identidad, aunque muchos relacionan su vida con la de San Nicolás de Bari, quien nació en Patara, Turquía.
Su leyenda surgió en 1624, con un personaje que migrantes holandeses llevaron a la actual Nueva York, y al que llamaron Sinterklaas. En 1930, la marca Coca Cola definió el color y el aspecto bonachón de este personaje, quien lleva regalos a los niños.