Transcurren pocos segundos y Santa abraza ya a otra pequeña sonriente, con el tradicional gorro rojo y blanco en la cabeza, quien lo mira con ilusión.
Gómez le hace la pregunta correspondiente: “Y este año ¿qué quieres para Navidad? Antes de responder, la niña intenta arrancarle la barba blanca. “Es algo que suele pasar”, dice, sonriente.
¿Cómo fue que decidió personificar al señor Claus?
En realidad fue algo que no me esperaba, simplemente surgió, había trabajado en años anteriores como vacacionista, pero de pronto surgió una plaza y, bueno, es un trabajo.
¿Qué lo conmueve?
Lo que me conmueve y más me gusta es poder llevarles alegría a los niños. Eso me llena de satisfacción. Veo, por ejemplo, a niños con síndrome de Down que son muy afectivos.
¿Qué es lo que usualmente le piden los niños que se le acercan?
Las niñas usualmente piden Barbies, específicamente un modelo llamado Mariposa. Los niños piden carritos, Transformers —robots que se convierten en carros o aviones— y videojuegos.
¿Alguno pide algo que no sea material?
Algunos lo hacen. Yo recuerdo que se me acercó un niño con síndrome de Down y me dijo que todo lo que quería para Navidad era acompañarme a entregar los regalos a los demás niños por todo el mundo. También hay algunos niños que piden obsequios para ellos, pero también para los niños pobres.