Por recaudación, con US$50 millones, ya es la cuarta de la historia, por detrás Avatar, Lo imposible y Titanic, según la misma fuente.

La estrafalaria historia de un joven andaluz, amante de la gomina y del vino fino, que decide conquistar a una chica vasca a cualquier precio, incluido el de hacerse pasar por un vasco de los más independentistas, se convirtió en el gran fenómeno cinematográfico del año en España desde su estreno.

El título, de hecho, hace referencia a una forma de reivindicar el origen de vasco de una persona mediante el número de apellidos de ese origen.

“La cinta acaba para siempre con los estereotipos más excluyentes; al menos, los que más daño han hecho. Ya nadie tiene la más mínima razón para seguir hablando en voz baja de la inconsistencia de la kale borroka  (la violencia callejera practicada por grupos cercanos a ETA) o de la necesidad de asegurar un novio descendiente de Aitor para garantizar así el porvenir de tu hija y, sobre todo, la pureza de la raza”, escribe Juan Mari Gastaca en el diario El País.

Y es que la película, que recurre una y otra vez a los tópicos de andaluces y vascos y que costó tres millones de euros, según los medios, es capaz de tratar con humor hechos como la violencia callejera de grupos radicales independentistas, que hasta hace poco empañaban la vida en el País Vasco.

“Si ETA siguiera matando, este filme no se habría hecho”, reconocía el director de la película.