Escenario

La política es llevada al cine

La íntima, conveniente y perversa relación entre la clase política y la televisión queda expuesta en la reciente cinta del mexicano Luis Estrada, La dictadura perfecta, una sátira política que lleva a cuestionar si en realidad la censura es cosa del pasado en México. Esta se estrenó la semana pasada en ese país.

La problemática que se aborda en el filme del también creador de La ley de Herodes, Un mundo maravilloso y El infierno, se acopla a la realidad de otros países latinoamericanos, en donde los medios de comunicación —el nuevo enemigo plasmado en pantalla—, ganan cada vez más poder.

De acuerdo con Estrada, la novedad es que si este medio antes hacía de lacayo ahora ocupa el lugar del amo; y de allí se desprende el tagline de la película: “La televisión ya puso a un presidente… ¿Lo volverá a hacer?”.

Sinopsis
El presidente de la República comete uno más de sus frecuentes disparates. TV MX, la poderosa Corporación Mexicana de Televisión, tiene que ayudar a su amigo y aliado a salir del problema antes de que se convierta en otra grave crisis de imagen y popularidad. Para desviar la atención, la televisora da a conocer en su noticiero estelar un video que involucra al Gobernador Carmelo Vargas en horrendos crímenes y negocios ilícitos. El “Gober Vargas”, preocupado por su futuro político, decide negociar un millonario y secreto acuerdo con los dueños de la televisora.

Carlos Rojo, un joven y ambicioso productor de noticias; Ricardo Díaz, reportero estrella de la televisora y Javier Pérez Harris, conductor del noticiero estelar, son comisionados para cambiar la imagen que la opinión pública tiene del corrupto y folclórico “Gober”, y lograr, a cualquier costo, convertirlo en una estrella política y un posible candidato a la Presidencia.

Detalles
Con un guion original de Estrada y con colaboración de Jaime Sampietro, en el que se evoca a hechos reales suscitados en México, la cinta cuenta con un elenco de primera: Damián Alcázar, Joaquín Cosío, Alfonso Herrera, Dagoberto Gama, María Rojo y Salvador Sánchez, entreotros.

Denuncia social
El trabajo de Luis Estrada se ha caracterizado por llevar a la pantalla grande los males del gobierno de turno de una forma satírica, a través de excelentes producciones y narrativas audiovisuales.

Con  La dictadura perfecta,  el director continúa su saga de cintas contra situaciones sociopolíticas  y realidades nefastas que se estén dando en el momento en México —muy similares a realidades en el resto de Latinoamérica—, como la perpetuidad del PRI (Partido Revolucionario Institucional) en el poder con el filme  La ley de Herodes (1999). Este se estrenó en el Festival de Cine Francés de Acapulco;  sin embargo, la Secretaría de Gobernación quiso retirar la película tras percatarse del uso de la frase “la dictadura perfecta”, que en 1990 usara Mario Vargas Llosa para referirse a México.

El intento de censura no tuvo éxito debido a la intervención del público, la Prensa y los organizadores del Festival, y desde entonces no se ha intentado censurar a ninguna película que critique al Estado mexicano.

Los otros trabajos de Estrada los completa  Un mundo maravilloso (2006), una crítica al neoliberalismo;  y El infierno (2010), que plasma en pantalla el fracaso de la guerra contra el narcotráfico.

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