“El total de la población de los departamentos más afectados por el terremoto excede los 3.4 millones de personas (64% de la población total del país). De esta, se considera que las tres cuartas partes resultaron afectadas por el fenómeno sísmico”, describe la Comisión Económica para América Latina, Cepal, la magnitud del daño, en un informe para la Organización de Naciones Unidas, presentado el 26 de febrero: tan solo 22 días después de la tragedia.
En su frialdad, el detalle de los daños todavía hace sentir escalofríos: El mayor daño ocasionado son, por supuesto las 23 mil personas que se calcula perdieron a vida. Se reportan también 70 mil heridos, uchos de gravedad…. Es evidente que la fuerza laboral del país resultó severamente afectad por el terremoto, numerosos nucleso familiares han perdido su principal fuente de sostén y es elevao el número de huérfanos. Muchos de los heridos han quedado además total o parcialmente incapacitados para trabajar. Puede afirmarse, por lo tanto que las presiones sobre el sistema de asistencia social del país, ya de por sí bastante endeble, habrán de aumentar en forma significativa”.
ESPECIAL | ¿Por qué tiembla en Guatemala?
Cepal calculó la pérdida total de 222 mil viviendas y en un millón la cantidad de personas sin techo ni albergue.
Cuantificó una inversión inicial de US$427 millones para proveer de vivienda a buena parte de damnificados.
En cuanto a la infraestructura vial, la Cepal mostraba preocupación sobre todo por los derrumbes en varias carreteras, que representarían un bloqueo para el abastecimiento de alimentos y la llegada de auxilio a varias comunidades; se resaltaba el corte sufrido en la carretera Al Atlántico, debido al derrumbe del puente sobre el río Agua Caliente.
Cerca de un 50% de las fábricas y empresas de manufactura reportaban daños, de leves a mayores, que retrasarían la producción y golpearían a la economía, sobre todo en el área de exportación, reportaba la Cepal. Asimismo señalaba que el turismo se vería fuertemente golpeado debido a los daños en hoteles, carreteras y pueblos.
Aquel año se esperaba, en cálculos del gobierno, una recaudación tributaria de Q380 millones, para cubrir funcioamiento del Ejecutivo se tenía un presupuesto cercano a los Q300 millones en gastos. Uno de los detalles llamativos del informe señala: “El ministerio de Salud Pública ha señalado que su presupuesto de medicinas del semestre había quedado prácticamente agotado durante la primera semana de febrero”.
Por otra parte las finanzas del Estado resentirían el golpe sísmico al reducirse la recaudación, por el paro en el comercio y la actividad productiva.
Al final de aquel informe se detallaban las áreas susceptibles de ayuda y los posibles países e instituciones internacionales donantes. Apenas eran los primeros pasos en la reconstrucción de un país que no estaba preparado entonces para un evento de tal magnitud y que 40 años después, parece que sigue estando en buana parte a merced de los caprichos de las fallas geológicas.
Reportes de daños
Estas son imágenes de reportes del entonces Consejo Económico y Social de ONU que, con impecable orden hecho a máquina, daban cuenta de los graves daños que sufrió Guatemala: