Comunitario

Cinco minutos de terror: El relato de un testigo de extorsiones

El tránsito en el bulevar Los Olivos, zona 18, era escaso por ser Jueves Santo. Los pocos buses que circulaban iban con personas paradas, sin llegar a la sobrecarga, como es habitual. 

Los ataques contra pilotos del transporte público son constantes en el país. (Foto Prensa Libre: Érick Ávila)

Los ataques contra pilotos del transporte público son constantes en el país. (Foto Prensa Libre: Érick Ávila)

Marina Gutiérrez es una guatemalteca de 36 años, que ese día iba en una de las camionetas que se dirigen al área norte de la capital guatemalteca, un lugar catalogado como zona roja.

Eran las 13.36 horas, ella prestaba atención a la conversación entre el piloto —un hombre de unos 40 años— con el ayudante, mientras llegaban a su destino.

En los sillones de en medio se escuchaba el grito de un niño, acompañado del murmullo de dos jovencitas que platicaban y un hombre que escuchaba música por sus audífonos en alto volumen.

El ruido de una motocicleta puso en alerta al conductor. Aunque su intención desde un principio  fue acelerar el vehículo, su instinto hizo lo contrario —manejar despacio y mantener la calma—. La reacción surgió al percatarse que los tripulantes de la moto lo empezaron a seguir e intimidar.

El semblante del piloto contagio a todos los pasajeros, incluso a Marina. La unidad quedó en completo silencio y la psicosis se dejó venir.

“Estaba sentada en la primera fila de asientos del lado del piloto. La moto se acercaba cada vez más al bus. Saque el teléfono para alertar a alguien, las manos me temblaban, mientras que miles de pensamiento pasaban por mi cabeza”, describe Marina.

La unidad de transporte público transitaba justamente por la colonia el Limón cuando los hombres —jóvenes—, cruzaron la moto frente al bus. Parecía que estaba a punto de comenzar una balacera.

De inmediato las personas empezaron a refugiarse, escondiéndose bajo los asientos. El tiempo se detuvo para los pasajeros, la mirada de Marina se nubló, sudaba frío, temblaba.

Los hombres se detuvieron ante el conductor y el ayudante del bus, quienes quedaron inmóviles. Los motoristas les gritaban insultos y amenazaban con las manos, no sacaron arma, nadie sabe si tenían. “Fue un momento de terror”, describe Marina.

Los maleantes se desaparecieron en pocos segundos. Era claro el nerviosismo del piloto y su compañero. Los pasajeros comenzaron a salir de sus escondites detrás de los sillones deteriorados por décadas de uso.

Nadie dijo nada, en el bus hubo completo silencio. Todos estaban en psicosis.

Más muertes

A diferencia de Marina, mil 897 personas, del 2010 al 19 de abril de este año,  no solo vivieron esa sicosis, sino que murieron producto de hechos en el transporte público, según datos de la Procuraduría de Derechos Humanos (PDH).

El informe estable que el 58 por ciento, equivalente a mil 110 personas han sido pilotos de buses urbanos, extraurbanos, mototaxis, taxis y microbuses. De ese total el 45% corresponde a conductores de buses colectivos, principalmente del área metropolitana”, reveló Edgar Guerra defensor de los usuarios del transporte público de la PDH.

Un 22% —430— fueron usuarios y 11% —224— ayudantes de camionetas. El resto eran asaltantes, empresarios de transporte público, dueños de microbuses, policías e inspectores.

“Las autoridades sospechan que la mayoría de los ataques son producto de las extorsiones que exigen los integrantes de las pandillas de la Mara Salvatrucha y el Barrio 18. Además hay algunos de los casos que podrían ser solapados, es decir aprovechan para usar el modo de las pandillas para vengarse”, agregó.

La Fiscalía contra las Extorsiones del Ministerio Público (MP), explicó que investigan cada hecho, y afirmaron que no pueden generalizar y atribuir que todos estén relacionados a las extorsiones.

“Hay ataques que también surgen solo para desestabilizar o causar temor en la población”, indicaron.

Los miembros de la Mara Salvatrucha cuando comienzan a cobrar la extorsión, a diferencia de los del Barrio 18, matan a los pilotos o comerciantes y luego exigen el pago.

Nery Ramos, director de la Policía Nacional Civil (PNC) en declaraciones a medios de comunicación, ha dicho que gran cantidad de los ataques son por extorsión y por pandilleros de la Mara 18 como represalia a las acciones que ellos han ejecutado al desmantelar esos grupos.

Ataques relacionados a pandillas

Fecha Lugar Pandilla
30 de octubre de 2015 Chimaltenango Locos Centrales MS
18 de junio de 2016 Km 56.5 ruta Interamericana Locos Centrales MS
28 de julio de 2016 Chimaltenango Locos Centrales MS
16 de septiembre de 2014 Ciudad de Guatemala Wacotes Locos Sueños, M18
25 de junio de 2014 Ciudad de Guatemala Wacotes Locos Sueños, M18
18 de abril de 2015 Ciudad de Guatemala Wacotes Locos Sueños, M18