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Comienza la operación Censo 2017

El Instituto de Estadística verifica mapas y datos de viviendas. Además gestionan permisos en  colonias cerradas o municipios conflictivos.

El INE ya comenzó con la preparación del censo de población 2017. (Foto Prensa Libre: Paulo Raquec)

El INE ya comenzó con la preparación del censo de población 2017. (Foto Prensa Libre: Paulo Raquec)

¿Somos 16 o 17 millones de guatemaltecos, o más? Según proyecciones del INE —basadas en cálculos matemáticos sobre el censo del 2002, podríamos ser 16.2 millones, en tanto el Registro Nacional de las Personas reporta arriba de 17.1 millones.

La única respuesta confiable será la que arroje el Censo 2017, que ya comenzó la   fase logística en el Instituto Nacional de Estadística (INE).

No solo existe  la incógnita de la cantidad de guatemaltecos, sino  las características demográficas de la población —edad, sexo,  tipo de vivienda, lugares con mayor densidad, ocupación, nivel educativo y económico entre otras—, lo cual a su vez servirá de base para  la  planificación de políticas nacionales, ya  que en la actualidad se trabaja con datos  antiguos y proyecciones inexactas.

Mapeo y permisos

A comienzos de octubre se anunció que dentro del Presupuesto 2017, que está aún en discusión en el Congreso, figura una partida de Q249.7 millones para efectuar el conteo de la población. El INE comenzó, el 3 de octubre,   la actualización de la cartografía para planificar la logística de transporte, acceso y cobertura de todos los rincones del país.

Esta fase arranca  nueve meses antes de lo que se anticipó para  el censo del 2002. La fecha tentativa para el nuevo sería noviembre del próximo año.

El mapeo inicial  abarca siete departamentos: Jalapa,  Santa Rosa,  Izabal,  Jutiapa,  El Progreso,  Zacapa y   Chiquimula.   Sin embargo, transcurrido un  mes, los primeros inconvenientes salen a flote, entre ellos el atraso de información geográfica, las comunidades de alta conflictividad y también la delincuencia. 

Carlos Mancia Chúa, director de Censos y Encuestas del INE, informó que  recientemente  a uno de los supervisores intentaron asaltarlo  mientras hacía su labor.

En su afán de escape dejo tirada la tableta electrónica —utilizada para ingresar datos— y se destruyó.   

Otro de las complicaciones que contó Mynor Flores, coordinador de cartografía, fue que en una de las comunidades de Jutiapa no han podido entrar  por un conflicto social.

No obstante, aseguró que  gestionan con el líder comunitario el ingreso para hacer el trabajo de campo.

“Nos topamos en una comunidad en Jutiapa donde un grupo de campesinos no nos ha dejado ingresar”, aseveró Flores, quien atribuye la resistencia a la falta de información.

Agregó que en Casillas, Santa Rosa, están enterados de la existencia  de descontento por asuntos  relacionados a la minería, por lo que han procedido con lentitud y diálogo para explicarles a los comunitarios que las supervisiones servirán para  el censo únicamente.

Juan Pablo Pira, consultor de la Asociación de Investigación y Estudios Sociales, alertó que el INE debe tomar en cuenta que  existen sectores bajo el azote de pandillas y extorsionistas, en los cuales no permiten que ingrese ninguna persona ajena al lugar. En ese caso, apuntó que buscarán el apoyo policial para poder entrar a efectuar las entrevistas llegado el momento.

Historial de censos

El INE señaló que en Guatemala se han efectuado 11 censos, aunque cada uno en su momento ha presentado complicaciones. 

Jorge Arias  del Instituto Centroamericano de  Investigación y Tecnología de la Industria y de la Universidad del Valle, detalla en la monografía titulada  Población de Guatemala,  que “los censos no pasaban de un recuento parcial, generalmente con fines tributarios o religiosos,  y una mera estimación sobre todo en la época Colonial y de la de principios del período Republicano”.

Fue hasta  1778 que Guatemala  realizó  su primer censo. En esa ocasión lo principal era conocer la cantidad de indígenas para adoctrinarlos. Después de 102 años de nuevo se trabajó en un conteo de habitantes, que distan mucho de   los cuestionarios actuales que buscan  conocer más datos.

Se efectúa un tercer conteo en 1893, cuando se registraron 1 millón 364 mil 678 habitantes   y el cuarto en 1921, cuando la población registrada fue de 2 millones 4 mil 900.

El informe del Censo de Población Nacional  de Población XI y el VI de habitación reveló que el censo  de 1950 —que reportó 2 millones 790 mil  868 habitantes—  solo  cubrió el área urbana de los 315 municipios.

En 1964, el gobierno efectúa un nuevo censo. Registra 4 millones 284 mil 473 guatemaltecos, pero este tuvo como defecto que  solo se encuestaron las viviendas ocupadas del área rural  y urbana. 

Tales deficiencias fueron superadas a partir del censo de 1973, porque  se tomó en cuenta todos los sectores y tipos de viviendas, ocupadas y desocupadas, del país.

Pira  explicó que el censo de 1981 reportó menos población en la ciudad de Guatemala que el conteo anterior, mientras que  el de 1994, aunque ya había pasado lo peor  de la guerra,  aún mantenía vedado el acceso a ciertas  regiones del país.

El más reciente

“En el 2002 el estudio se hizo a la carrera… se  prestó mucho a pensar que lo que se buscaba era saber cuánto iba a subir el número de diputados, algo que no afectará ahora”, aseveró Pira.

Édgar Balsells, representante del Instituto de Problemas Nacionales de la Universidad de San Carlos de Guatemala (Ipnusac) dijo que ese censo —2002—    fue mal hecho incluso indicó que se anularon varios datos. “Quedó una gran interrogante sobre su veracidad”, añadió.

Factores adversos

A un año de que, según lo planificado, pudieran salir  los equipos de encuestadores a las calles ya se avizora la inseguridad como una de las grandes barreras.

Ese fenómeno social afecta a todo el país, por esa razón es necesario que se coordine con las autoridades la seguridad y con los encuestadores denunciar las amenazas para poder entrevistar a las personas. “Si una pandilla no  deja entrar no se tendrán los datos de esa comunidad, por lo que es necesaria la denuncia ciudadana”, declaró Pira.

El segundo factor es el cierre de cientos de colonias, condominios y residencias. “Muchos de esos lugares cerrados no permiten el ingreso de encuestadores. Recuerdo que en el último censo tuvieron que dejar las boletas en las garitas y los guardias las entregaron, el problema fue que contestaron lo que  ellos consideraron”, aseveró.

Pira enfatizó: “En la clase media alta el problema que se avizora son las  talanqueras de condominios,  el INE debe de negociar con estos sectores para buscar apoyo”.

Flores aseguró que los mapas satelitales les permiten detectar comunidades y colonias cerradas, donde gestionan acceso con líderes de las colonias, comité de vecinos, Consejos Departamentales de Desarrollo Urbano y Rural para informar de las fases del censo.

Balsells destacó finalmente la importancia de capacitar bien al personal recolector de datos, así como agilizar el procesamiento de datos para tener un resultado confiable, pues en este tipo de conteos no hay segundas oportunidades.

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