Durante el combate de las llamas, el socorrista voluntario Julio César Reyes, de 54 años, se percató de que una de las motobombas se desconectó y debido a estar en un lugar inclinado se dirigía hacia una vivienda, por lo que para evitar daños se trepó e intentó maniobrar el timón.
La intensión de Reyes quedó frustrada cuando se resbaló y cayó debajo del vehículo por lo que quedó expuesto a morir aplastado por las llantas.
Un bombero municipal que observó todo, actuó de forma rápida y logró auxiliar a su compañero voluntario, por lo que el vehículo solo alcanzó a lastimar una de sus piernas.
Reyes fue trasladado con fracturas a la emergencia del Instituto Guatemalteco de Seguridad Social y la motobomba se detuvo cuando chocó contra la pared de una casa, pero no hubo más heridos.
El incendio provocó la pérdida total de la vivienda propiedad de la familia Laínez, construida con block y lámina. Ninguna persona resultó herida y los bomberos lograron rescatar a Chiquitín, un perro que había quedado atrapado.