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Para mantener las metas ideas deben ser realizables

Experta señala la importancia de fijarse propósitos sensatos e identificar y visualizar los objetivos.

María Elena Rocha de Vielman se ha desempeñado en posiciones ejecutivas y gerenciales en la industria hotelera y de servicios. (Foto Prensa Libre: Melvin Popa)

María Elena Rocha de Vielman se ha desempeñado en posiciones ejecutivas y gerenciales en la industria hotelera y de servicios. (Foto Prensa Libre: Melvin Popa)

Es normal que cada vez que inicia un año, las personas se fijen metas y propósitos, pero también es frecuente que los abandonen a corto o mediano plazo. María Elena Rocha de Vielman,  consultora empresarial, facilitadora y docente universitaria,  explica qué hacer para mantenerse firme en  los propósitos de año.

¿Cómo hacer para que las metas que se plantearon a inicio de año se  mantengan?
Previo a que uno se proponga nuevos propósitos es importante que  haga una revisión, que se utilice un nuevo libro o una hoja en limpio, para que ese proceso se dé de la mejor manera.
Primero revisemos qué hemos hecho bien y qué hemos dejado de hacer, qué podemos mejorar y, lo más importante de todo, es qué hemos aprendido de ello, y qué vamos a hacer con lo aprendido… Mi punto sería que previo a que usted se proponga un propósito o una meta, haga revisión de lo que ha hecho; lo segundo sería identificar qué es lo que usted quiere lograr o qué es lo que quiere alcanzar, también parto mucho de que no es necesario escribir cinco o 10 grandes metas, lo importante es identificar una o dos que sean totalmente realizables. Tener el propósito, el objetivo y la meta claramente determinada  le va a dar ese rumbo o norte.
Al tener claridad el siguiente paso sería explicarlo o declararlo probablemente con su amigo, amiga, mamá, hijo. Contar ese propósito le hace a usted clarificar la idea que se propuso y posteriormente hacer que se mantenga viva esa ilusión.

¿Y cómo se  mantiene?
No sirve proponerme al inicio del año que voy a terminar mi tesis para coronar el esfuerzo de tantos años, si solamente lo pienso y lo engaveto. Es de mucho apoyo anotarlo, hacer algún tipo de marco o cuadro, un pequeño collage, que  lo tenga cerca de su escritorio, clóset, tocador o el baño, en un lugar en donde todos los días lo vea, porque le va a recordar cuál es su gran meta. Y lo más importante: pensarlo, vivirlo, visualizarlo, eso ya tiene que ver con la persona.

¿Hay qué  actuar?
Totalmente. Hay una frase de un autor anónimo o que no me acuerdo quién es,  que dice: ‘Hay que dejar de soñar y empezar a ejecutar’. El problema que puede existir en muchos de los casos cuando nos venimos abajo o nos desanimamos es que soñamos tanto, y lo que sucede es que hay sueños que son realizables y los que son idealistas. Debemos desarrollar la capacidad para identificar cuáles son realizables. Usted como persona tiene que tener un proceso de autoconocimiento, saber cuáles son sus debilidades, sus talentos, sus capacidades,  es importante partir de eso.
Ahora, los idealistas, es cuando se siente que va a ir a la luna. Otra cosa es que usted quisiera estudiar para ser astronauta, eso sí es un sueño realizable.
Cuando lo visualizamos vamos a tener no solo el poder sino la energía de crear esas cosas, de sentir la necesidad de abordar el propósito y de ejecutarlo.

¿Por qué se fracasa en cumplir  las metas?
Puede ser por varios aspectos. El primero podría ser porque no hemos identificado  si nuestro sueño es realizable o es idealista, porque si nosotros no estamos con los pies sobre la tierra y no trabajamos en función de nuestras capacidades y talentos esa meta va  a ser solo un ideal. Otra de las razones es no tener  estructurado el propósito y no tener claridad de los pasos que tengo que llevar a cabo, y ahí los pasos son los que le decía: identificarlo, declararlo, tenerlo presente y visualizarlo, y luego ejecutarlo con voluntad y disciplina para lograr lo que queremos, porque nada en esta vida es gratis.

¿Qué hacer si la meta que se planteó en cierto momento del año se ha desviado?
Es válido ajustar las metas en medio del camino, pero el tema aquí sería empujar ese motor o elemento que me motiva, y eso se llama ilusión o entusiasmo. Si ya no me siento ilusionado por esa meta que me propuse tengo que tener la facultad o la madurez de revisarla de nuevo, porque a lo mejor fue una meta mal planteada o en ese momento hay otros factores externos que están limitando que pueda perseguirla, pero es un proceso de autoconocimiento y de volver a analizar el propósito, pero no tirarlo.

¿Cómo hacer para plantearse bien la meta, porque a  veces  la forma como nos la propusimos no es la adecuada?
Se refiere al poder de la palabra que genera acción, así se llama. Significa que debemos ser cuidadosos con nuestras conversaciones internas, porque lo que nos declaramos o  decimos a nosotros mismos es lo que nuestro ser, nuestras emociones, nuestro corazón o nuestro subconsciente va a procesar, entonces de la misma manera que  nos referimos a otras personas cuando pedimos un favor estamos generando una respuesta.
De esa misma manera hacia nosotros podemos usar las palabras idóneas y correctas que nos automotiven. Por ejemplo no hay que decir que a partir de enero me pongo a dieta porque quiero bajar de peso, eso es una declaración. Antes de declarar hay que determinar o decidir los motivos por los cuáles quiero bajar de peso, porque si no encuentra sentido a sus propósitos  no va a tener la ilusión y la motivación necesaria para hacerlo. Si dice:  me voy a casar en seis meses, por eso voy a bajar una talla o quiero irme de vacaciones a la playa, es otro motivo que lo va a mover, usted está padeciendo de presión alta y necesita bajar tantas libras, tiene un motivo. El poder de la palabra genera acción, pero previo a ello es determinar  cuál es el  verdadero motivo que me  lleva a proponerme esa meta.

¿Alguna técnica para tener éxito en sus metas que usted comparta?
No hay como una receta general, yo le puedo decir  los pilares para lograr esas metas. El primero debe ser autoconocimiento, que es lo que hemos hablado, la capacidad que tengo de identificar mis cualidades, mis talentos.
Luego la determinación o la calidad de mi propósito. Después tendría que unirlo con declarar el propósito y tenerlo, visualizarlo constantemente, y trabajar con voluntad y disciplina del objetivo. Y todo eso dentro de un gran contexto que se llama actitud.

¿En qué consiste la actitud?
Es la disposición que tenemos de realizar o de enfrentar o de recibir todas las circunstancias que nos rodean, la actitud nos permite hacernos cargo de nuestra vida, de ser protagonista de ella, nos permite decidir lo que queremos vivir, y hay una frase que me gusta mucho y que dice que  ‘no hay límites reales, excepto aquellos que  nosotros mismos nos imponemos’, y eso se llama pensamientos limitantes, y eso tiene que ver con la actitud.

¿Cómo  deshacernos de ellos?
Es un proceso mucho más profundo, pero sí podemos hacerlo.
En primera instancia hay un autor que se llama Martin Seligman, es un psicólogo muy importante, es autor del libro La auténtica felicidad. ‘La búsqueda de la felicidad es derecho legítimo del ser humano’, es una cita textual de Martin y  significa que todo los seres humanos tenemos la facultad de buscar constantemente esas vías que nos permitan vivir en armonía, vivir satisfecho y vivir en paz, y  se tiene la idea errónea que primero se debe ser exitoso para ser feliz, y debemos invertir los términos, una persona que es feliz va a ser como efecto, exitosa.  Vivimos buscando satisfactores externos y la felicidad está adentro.
Otra frase que me gusta es: ‘Los grandes sueños no requieren de grandes alas sino de un tren de aterrizaje para lograrlo’. Es anónima, y una más: ‘La felicidad es hacer lo que se desea y desear lo que se hace. No sueñes tu vida, vive tu sueño’. Esta resume lo que hemos hablado.

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