Comunitario

Ponen las noticias en mano del lector

Vender periódicos no es solo un trabajo u oficio; para hacerlo se requiere buen contacto con las personas y dedicación.

Cada día es una nueva oportunidad para empezar, dijo Raquiac, quien deja a sus hijos en la madrugada para llevar la información a los lectores. Camina desde el kilómetro 15.5 de la carretera a El Salvador para pasar por los comerciales del sector y entregar un ejemplar de Prensa Libre.

Cada día es una nueva oportunidad para empezar, dijo Raquiac, quien deja a sus hijos en la madrugada para llevar la información a los lectores. Camina desde el kilómetro 15.5 de la carretera a El Salvador para pasar por los comerciales del sector y entregar un ejemplar de Prensa Libre.

Despertar antes de que salga el sol y regresar a casa hasta que no queda ninguna prensa es la labor de los voceadores, quienes hoy celebran su día.

La necesidad de mejores ingresos económicos y el no tener un empleo formal hizo que la familia López Castro decidiera vender Prensa Libre, hace 28 años.

El sueño empezó con Q9, para comprar periódicos, y con el tiempo fue creciendo hasta vender 700 ejemplares diarios, relató Rosario Castro, voceadora que se ubica en la 17 avenida y 2a. calle, zona 15.

Sin embargo, la mala fortuna llegó a la familia el año pasado, cuando fue asesinado el jefe de hogar, José Rubén López, el 8 de noviembre. Entre lágrimas, Castro refirió que su esposo se dirigía a comprar prensa para vender.

“Lo único que podemos hacer es seguir adelante”, dijo la voceadora, al instante en que un vehículo se acercaba y el conductor le solicitó un ejemplar.

Sin descansos

Cuando el semáforo marca rojo se detiene el tránsito. Ese es el momento en que a Esvin Hernández lo llaman los conductores y le solicitan un periódico. Esa es su labor todos los días, desde hace 14 años, para obtener recursos y mantener a su familia.

Hernández reside en Agua Caliente, El Progreso, y a las 4.30 horas ya está en su punto de venta. Tiene tres hijos, y su mayor anhelo es que estos puedan estudiar una carrera.

“Lo más difícil es soportar la lluvia y el sol. Lo mejor es tener el contacto con la gente y que nos vean como amigos”, afirmó el voceador.

Por mis hijos

La razón de trabajar son sus hijos. Uno tiene 7 años y el otro, 16. Empezó a vender periódicos cuando nació el primero. La obligó la necesidad de comer, es la historia de Ana Riquiac, una mujer que recorre la carretera a El Salvador.

“Me gusta, porque se me olvidan los problemas”, comentó Raquiac. Su propósito es que sus hijos terminen de estudiar y encuentren un trabajo formal.

La realidad de Umberto Guamuch no es diferente: vende en el kilómetro 15.5 de la ruta a Villa Canales. “No quería depender de nadie para ganar dinero”, aseguró.

Empezó en el negocio hace ocho años y logró construir su casa. Ahora quiere comprar un carro. “Si quieren superarse hay que vender”, enfatizó. Él comienza su labor a las 4 horas, todos los días.

ESCRITO POR:

ARCHIVADO EN: