Comunitario

Secuelas del zika causan angustia

Las familias que ahora arrullan a un niño con microcefalia son parte de un mundo en el que no solo viven el drama del dolor y la tristeza, sino también el de la incertidumbre.

Sandy Yamileth,  a sus 6 meses de edad y a pesar de tener microcefalia, ya hace varios intentos por gatear, según sus padres.(Foto Prensa Libre: Paulo Raquec)

Sandy Yamileth,  a sus 6 meses de edad y a pesar de tener microcefalia, ya hace varios intentos por gatear, según sus padres.(Foto Prensa Libre: Paulo Raquec)

Aunque no tienen dinero, de lo que más carecen es de información sobre el verdadero estado de sus  bebés.
Si bien hay casos en muchas partes del país, Prensa Libre hizo  un recorrido en Jutiapa, en donde, al 29 de octubre pasado, la Dirección de Área de Salud de Jutiapa registraba cinco casos de niños nacidos con microcefalia, uno confirmado por zika por el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos y el resto, sospechosos.

En todo el país se reportan 33 casos sospechosos de bebés nacidos con esa anomalía, derivada del virus del Zika,  y 17 confirmados,  así como  965 casos sospechosos de madres embarazadas y 275 confirmados.

De las familias  en Jutiapa, las tres que se visitaron no tienen claro qué pasará con sus pequeños, y solo saben que no serán normales porque  tendrán dificultades en su desarrollo.

Eduardo Aguilar, director del Área de Salud de Jutiapa, refirió que de los casos, uno se ubica  en Asunción Mita —confirmado por el CDC—, uno  en Santa Catarina Mita, dos en Jutiapa y uno en San José Acatempa.

La  familia de Asunción Mita señaló que les indicaron que había salido negativo el resultado. Las otras no saben  nada.
Claudia Ordóñez, de la Gobernación Departamental de Jutiapa, apuntó que ellos colaboran con el Observatorio de Salud Sexual y Reproductiva (Osar) en campañas de prevención y que para esta semana coordinaron  con otras instituciones el traslado de seis bebés para hacerles algunos exámenes, ya que los padres, por falta de recursos, no se los han realizado y el Osar los cubrirá.  Entre tanto, ya hay un nuevo caso confirmado.

El gobernador departamental, Milton Sánchez, comentó que se han formado mesas técnicas con las personas involucradas porque las familias necesitan apoyo.

Aguilar señaló que los casos de microcefalia son experiencias lamentables para la familia y  los niños, ya que   son irreversibles y lo que podría darse   es un tratamiento paliativo.

Francisco Theissen, coordinador de Hospitales de Salud, indicó que cada unidad de servicio cuenta con lo necesario para hacer el diagnóstico, pero en caso de que el paciente requiera exámenes específicos se puede remitir a los dos hospitales de referencia nacional. “Los niños a quienes han confirmado microcefalia a causa del zika se les ha dado seguimiento y control en el servicio de salud  cercano.

También a los niños que no son positivos, pero que nacieron de madres con zika, se les monitorea por si en algún momento presentan alguna alteración en su desarrollo psicomotor, garantizando una atención de calidad a los pacientes”, indicó.

Mirna Montenegro, directora del Osar, refirió que es  importante que al nacer el bebé se le practiquen exámenes, para confirmar   cuánto es el daño neurológico, ya que la sobrevida depende del diagnóstico,  cuidado,  terapia y nutrición que reciban de inmediato.

SIN RESPUESTA

“Yo quería ponerle  vitaminas”

La alegría con la que Paula Polanco y Miguel Segura esperaban a su primer bebé se tornó en tristeza e incertidumbre, cuando el pasado 29 de agosto nació Miguel Alexánder diagnosticado con microcefalia.

Polanco relató que  durante el embarazo tuvo zika y chikungunya, al igual que su esposo, aunque no les han confirmado si por eso  el bebé nació con ese padecimiento. Según la familia, que reside en   La Carretera,  San José Acatempa, Jutiapa, en los ultrasonidos que pagaron en clínicas privadas no les dijeron que el bebé traía  complicaciones. Solo ocurrió en el último.

Segura refirió que en el centro de Salud de San José Acatempa los han atendido y, por medio del área de Salud, el alcalde les pagó un examen de Q380 para el bebé. “Los exámenes para el niño me han salido regalados, gracias a Dios. Solo he gastado en mis pasajes, porque en el hospital cuando nació me dijeron que se lo hiciera por aparte, pero el laboratorio cobra caro”, aseveró.

“No me han dicho si el niño requiere terapias especiales”, indicó la madre con pena, mientras  el padre señaló que les dijeron que  le tenían que medir la cabeza con un metro. “Yo le digo a ella que realmente lo tienen que hacer los doctores, no uno, porque  uno no sabe”.

El progenitor relató que cuando nació el bebé llegaron al lugar personeros  del  área de Salud de Jutiapa a verificar si había llantas o  baños con agua.

“El doctor dijo que si le hacía todos los exámenes y si lo llevaba a control al centro y al hospital él iba a ir bien. Yo le quería poner vitaminas al niño, como uno quiere ver lo mejor en sus hijos…, pero me dijo el doctor del Área de Salud de Jutiapa que mejor se vitaminara ella —la madre—, porque por el pecho le bajaba la vitamina”, citó Segura.

Ambos padres esperan a que les brinden una mejor orientación y atención, porque quieren ver a su hijo mejor.

Fe y llanto

“Tal vez no viene tan mal”

La noticia de que su bebé nacería mal y que  podría morir no fue agradable para los  padres de Sandy Yamileth, quienes a pesar de la falta de recursos económicos han buscado cómo evaluar a su niña para tener un mejor diagnóstico.

Antes de relatar   el calvario que han vivido, Abidael Campos mostró uno por uno los exámenes que le han realizado a la bebé, los cuales han sido cubiertos por ellos, con ayuda económica de familiares y conocidos, ya que él es agricultor y gana Q60 por día.

Gricelda Godoy comentó que  durante el embarazo no padeció de zika, aunque  presentó una infección. Refirió que les tomaron muestras que enviaron a Estados Unidos, pero les indicaron que salieron negativas.

“La verdad es que aquí vamos como hemos podido bajo la pobreza. Somos gente de escasos recursos. La gente nos ha ayudado. Somos pobrecitos la verdad. Aquí donde estamos no es de nosotros”, indicó Campos.

Según los padres, han gastado cerca  de Q12 mil en traslados a la capital  y exámenes.

Campos refirió que el pasado 8 de diciembre le debían hacer un examen médico a la niña, pero debido a la falta de dinero ya no pudieron hacérselo. “Es una tomografía importante para ver cómo el cerebrito le va creciendo o funcionando”, indicó.

También dijo: “Hasta aquí no han llegado a la realidad de la niña, todo ha salido negativo. Le hicieron exámenes de los ojos porque los tiene hinchaditos y los oídos, pero salieron bien”.

Sandy Yamileth es llevada desde  El Jicaral, Asunción Mita, Jutiapa, a la clínica del Niño Sano ubicada en el Hospital Roosevelt, así como a terapias en Fundabiem y al centro de Salud en   Asunción Mita.

La madre narró que cuando le hicieron un ultrasonido, a los siete meses, el médico no le dijo nada, y luego le indicaron que debido a que tendría complicaciones debía dar a luz en el  Hospital Nacional de Jutiapa, aunque ella supone que él ya sabía que la niña venía mal  y no se les informó. “Nos dijo el doctor que probablemente le iba a costar hablar, pero probablemente.

Ahí solo Dios sabe. También para caminar y gatear, pero sí le están haciendo terapia para que la niña pueda caminar y gatear”, indicó el padre.

“Ella es bien maciza de las canillas, se da vuelta en la cama, ya quiere como gatear. Pero sí, la niña nos dijo el doctor que no iba a ser normal, pero para Dios no hay nada imposible”, afirmó la madre.

Los padres recordaron que antes de que naciera la bebé les mencionaron que traía “un hoyo” en la cabeza y que no sabían si iba a vivir. “Yo desde que salí y la dejé en el hospital me vine llorando de la tristeza… yo no sé por qué me hicieron esas pasadas. Aquí el doctor no me dijo la verdad y allá esa doctora me dijo eso, pero al otro día que llegué y había nacido vi que ella se sonrió conmigo y dije: tal vez la niña no viene tan mal”, afirmó la madre.

Desinformados

“Se ve bien; es bien lista”

Neidy Anahí Ávila Juárez es otra bebé nacida con microcefalia relacionada con zika, como reporta la Dirección de Salud de Jutiapa, en la aldea Cerro Gordo.

Taty Juárez comentó que es su segunda hija y que en el embarazo no tuvo ninguna molestia, ni  antojos, ni vómitos,  y creen que a su esposo le dio zika antes de que ella se embarazara.

“No me hicieron el examen de zika, pero por los anuncios que vi en la tele uno se da a entender que era eso”, indicó Giovanni Ávila, ya que tuvo varios  síntomas.

Mientras la madre sostenía a Neidy Anahí en sus brazos, señaló que nació de siete meses el 16 de agosto y pesó 5 libras con 11 onzas. Relató que durante el embarazo no  se hizo  ultrasonidos, aunque sí le lleva el control en el centro de salud.

“Nació con infección de la sangre también, pero eso lo trataron allí. A ella solo le hicieron la tomografía, la llevaron para Guate a los nueve días de nacida y me dijeron que no se le había formado bien el cerebro”, señaló.

Comentó que la llevan al centro de salud por vacunas; sin embargo, no le han podido hacer algunos exámenes  porque no tienen dinero.

“Cuando nació me la enseñaron y me dijeron que había nacido con microcefalia, pero no me dijeron que era  microcefralia, solo que se daba por el zika… y que no iba a ser una niña normal”, indicó la madre mientras miraba a su bebé.

Neidy Anahí tosió mientras platicamos con sus padres. “No puede estar ni cinco minutos al aire, porque se enferma, luego le da tos con flemas”, explicó Ávila.

Los progenitores recordaron que cuando nació la niña tenía la cabeza deformada, y ahora la tiene normal.

“Ella se levanta como que se quisiera sentar,  nació con fuerza, patalea. Viera como se fija… se ve bien; es bien lista”, indicó su madre con un sonrisa de orgullo.

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