Ciudades

Maestros cien puntos dan ejemplo de vocación

Sonia Antonieta Menchú Tzul y Boris Vinicio Martínez Tobar son dos de los docentes que fueron galardonados con el Premio Maestro 100 Puntos en el 2016 y ahora son modelo en la nueva edición del reconocimiento que otorga cada año Empresarios por la Educación.

Sonia Antonieta Menchú Tzul y Boris Vinicio Martínez Tobar, galardonados con el Premio Maestro 100 Puntos 2016. (Foto Prensa Libre: Oscar Felipe Quisque)

Sonia Antonieta Menchú Tzul y Boris Vinicio Martínez Tobar, galardonados con el Premio Maestro 100 Puntos 2016. (Foto Prensa Libre: Oscar Felipe Quisque)

Menchú Tzul, originaria de la cabecera de Totonicapán y Boris Vinicio Martínez Tobar, de Morales, Izabal, ambos imparten clases en escuelas rurales y comparten la convicción de que la educación de calidad cambia la vida de las personas y con metodologías propias buscan mejorar la enseñanza en sus aulas.

Ambos fueron galardonados como reconocimiento a las buenas prácticas de enseñanza que han implementado con sus alumnos, y este miércoles fueron presentados como ejemplo en el lanzamiento del Premio Maestro 100 Puntos 2017.

Menchú, con 18 años en la docencia, implementó la “metodología lúdica”, una enseñanza basada a través de la música y los sonidos.

“Desde un inicio he considerado que somos un ser musical. La metodología que he aplicado es la enseñanza de contenido y fortalecimiento a través de la música”, explicó.

Más que una profesión, para Sonia Antonieta la docencia es una labor que apasiona. “La convivencia con los niños me  ha dejado una experiencia maravillosa, puesto que definitivamente el sueño de uno, como madre o padre es ofrecer lo mejor a nuestros hijos, y de alguna manera, nosotros los maestros, llegamos a ser los segundos padres de los niños”, expresó.

Menchú mide 1.5 metros de estatura, aproximadamente, pero debe recorrer 21 kilómetros de su casa, en la cabecera de Totonicapán, a la escuela de San Bartolo Aguas Calientes, en el mismo departamento. Comentó que parte lo hace en vehículo y otra parte a pie.

La convivencia con los niños me ha dejado una experiencia maravillosa, puesto que definitivamente el sueño de uno, como madre o padre es ofrecer lo mejor a nuestros hijos, y de alguna manera, nosotros, los maestros llegamos hacer los segundos padres de los niños.


“El camino es de terracería y debo cruzar una zona montañosa. La comunidad está muy alejada de las zona urbana”, expuso.

Pero lo más importantes es que con el galarón recibió un aporte económico de Q10 mil, con lo que compró  una proyector que puso a disposición de todos los maestros del establecimiento educativo donde trabaja.

“Parte del sueño era innovar en la aulas. Por la falta de recursos era realmente difícil que un maestro lograra tener tecnología para los niños. El premio económico me brindó la oportunidad para introducir parte de tecnología a los niños al comparar una cañonera, que ha sido de gran ayuda y de mucho beneficio para los estudiantes”, expresó.

No son máquinas

Martínez Tobar, quien vive en la zona urbana de Morales, es otro de los maestros homenajeados hace un año. Antes impartía clases en una escuela a 20 kilómetros de su hogar, pero por decisiones de la autoridades del Ministerio de Educación fue removido de ese lugar y actualmente trabaja con otro grupo de estudiantes de una universidad.

“La satisfacción (de ser homenajeado) queda en el corazón y en la mente. Es algo que nada y nadie puede quitar. Los maestros devengamos un salario para hacer nuestro trabajo. Tristemente, muchos solo hacemos que se nos pide. La labor del docente va más allá. Recuerde que no trabajamos con máquinas, nuestra labor es con seres humanos y de debe ponerse empeño”, dijo Martínez.

El docente, con 22 años de experiencia, expuso que para formar a niños y futuros profesionales es importante abarcar más del tiempo necesario, pues él, sacarifica tiempo extra, en las tardes, incluso fines de semana para continuar con las enseñanzas. Es un fiel crítico a los paros de labores que hace por huelga el magisterio, sin embargo, él trata de seguir con la programación con sus alumnos.

“El tiempo no es suficiente. Muchas veces es en el recreo o fuera de las clases, incluso en la calles seguimos enseñando. Un maestro debe ser ejemplo para sus alumnos. No es que uno sea bueno o se cree el mejor, simplemente somos conscientes de la necesidad de formar mejores personas y futuros profesionales. Hay muchos buenos profesores que comparten ese ideal”, dijo  Martínez.

Ambos fueron ovacionados durante la presentación de la convocatoria al Premio Maestro 100 Puntos, en la edición 12,  de este año.

Según Gabriel Biguria, presidente de Empresarios por la Educación, en el certamen pueden participar maestros de preprimaria y primaria de establecimientos públicos y privados. Las incripciones están abiertas y cierran el 31 de mayo próximo.

Empresarios por la Educación, que promueve el Premio Maestro 100 Puntos junto al Ministerio de Educación, eligen a 10 maestros ejemplares por sus buenas prácticas didácticas en las aulas. Desde el año pasado se elige también a un director o directora de escuela.

Los homenajeados recibirán Q10 mil en premio, una computadora personal, una mini biblioteca y con opciones de optar a una beca universitaria. Los ganadores se darán a conocer en noviembre próximo.

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